Nuestra Seguridad en la Lucha

Salmo 3 

Jehová sigue peleando por su pueblo. En Cristo sigue salvando, ayudando al que confía en el, dándole victoria constante. Debemos reconocer que si Dios es por nosotros nada nos podrá derrotar. Si Dios está con nosotros tenemos abundancia de bendición, porque él es la bendición.


Devo010616

Tan real es la cosecha de bienaventuranzas del justo como la de juicio de los pecadores.
La decisión de la cosecha personal en el curso de la vida o al final de ella, no es difícil, si tomamos en cuenta lo que el salmista dice al respecto en el capítulo uno de los  Salmos.
Bienaventuranza o felicidad abundante: Cosecha de los justos.
El justo que ame, y se deleite en la palabra de Dios será como árbol plantado junto a corriente de agua: Crece en su tiempo normal, no se llena de plaga porque el agua que le alimenta no está estancada. Es agua que corre libremente. A sí como crece a su tiempo, también fructifica a tiempo. Sus hojas no maduran y caen prematuramente. Nunca le falta follaje y verdor, su sombra es placentera al que se cobija en ella. La vida propia del árbol es placentera y perfecta. Tal es la vida de los justos, tres veces felices cuando su  crecimiento es dentro del tiempo normal y de modo normal. Proveedor de alimento, sombra, bienestar y satisfacción al necesitado. La calidad de la vida del justo no es de decadencia, muerte prematura, aridez o esterilidad porque el agua que lo alimenta es agua que corre y se renueva constantemente, es agua viva. Tal es Cristo para nosotros, corriente de agua viva que sacia la sed del alma, purifica nuestro entendimiento, lava nuestro corazón del odio para llenarlo de amor. En El somos prosperados en todo lo que hacemos para nosotros y para otros. Alimentados del Agua Viva, los justos tienen raíces profundas y están fuertes y firmes ante el vendaval. 


La cosecha del justo

La mayoría de los que tenemos un trasfondo religioso habremos escuchado oír esta enseñanza: “un hombre construyo su casa sobre la roca.  Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. Pero el hombre insensato construyo su casa sobre la arena. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina” .  Según esta enseñanza la mejor manera, en lugar donde puedes construir tu casa es sobre la roca, terreno firme, donde tu casa estará más estable a pesar de las inclemencias del tiempo.  Construir tu casa sobre la arena, sobre el lugar donde cuando vienen tiempos de lluvia se forman caudales de agua es algo insensato, tonto, puesto que la casa se vendrá abajo.

Abraham Kuyper