Las tecnologías de la información y la comunicación han sido y son parte fundamental de los cambios económicos, sociales y tecnológicos de la sociedad. Evidentemente, las instituciones educativas no se han quedado fuera y se han visto afectadas por la llegada de las TIC, que ha supuesto y sigue suponiendo un gran reto para todos los agentes implicados en el proceso educativo. Cuando hablamos de las TIC en la educación, no solo debemos pensar en el uso de un ordenador por parte de los estudiantes para leer material del curso o buscar información, sino también en el uso de, por ejemplo, software educativo o herramientas como el correo electrónico, computadoras, smartphones, pizarras y proyectores interactivos que facilitan la enseñanza aprendizaje. 
En este sentido, la necesidad de impartir clases online como consecuencia de la crisis sanitaria derivada del Covid-19, ha puesto de relieve las diferencias sustanciales entre los distintos territorios en cuanto al uso de las TIC en el ámbito educativo. En este sentido, el informe PISA 2018 muestra que existen diferencias significativas entre los países de la OCDE en cuanto al uso de tecnologías en la docencia. 
La interactividad en la era digital es un tema que se encuentra en proceso de exploración, al respecto, se piensa que se trata de uno de los conceptos más importantes de la comunicación mediada por computador, toda vez que le asigna un plus adicional que difiere de la comunicación cara a cara. Hablar de interactividad desde la dialéctica tecnología/cultura exige una redefinición del concepto, sobre todo porque las explicaciones tradicionales no exploran otros elementos que hacen de la comunicación virtual un sistema complejo. Es necesario hacer esfuerzos para repensar el concepto de interactividad e identificar su relación con la comunicación virtual, de esa forma se explora otros supuestos que hacen parte del comportamiento humano. Actividad e Interactividad en la era digital desde el enfoque tradicional se analizan por separado, explicaciones que refieren a la adaptación técnica que tienen las personas con los medios digitales. 
Las aulas interactivas traen consigo beneficios tanto para alumnos como para docentes: permite una mejora en la gestión del tiempo; la formación de habilidades necesarias como la creatividad, colaboración, pensamiento crítico, resolución de problemas y conocimientos digitales y la evaluación inmediata del aprendizaje en los alumnos.

Edwin Basurto