Me atrevo a decir, sin que en ello incurra en ninguna falacia, que el concepto de felicidad, tal y como lo conocemos, es un producto que el arte del cine nos ha impuesto de forma cruel. Porque si bien, este ideal no está sujeto a las leyes del tiempo, tampoco está definido en ningún manual teológico o filosófico. Nadie nos dijo nunca cómo ser felices o en qué consistía la felicidad hasta que llegó el producto cinematográfico. Algunos creerán que esto es una frivolidad, un pretexto a algo que ni yo mismo sé explicar. Y es verdad, no sé explicar qué es la felicidad porque tal concepto no existe. En ello se sabe que influye una serie de elementos químicos que nuestro organismo genera basándonos en nuestras emociones

el dios de la felicidad

Desde la cruz

Se suele decir que todo depende del color del cristal con el que se mire las cosas. O que, la lejanía y la distancia aclara las dudas o ciertos temas o cuestiones que necesitamos resolver. La perspectiva, en tal caso, es, como no, el vínculo que une a estas dos afirmaciones. Mirar los Hechos que nos acontecen con la mayor de la objetividad posible. Pero ¿Qué ocurre cuando eso no pasa? ¿Qué pasa cuando, en nuestra frustración, no hallamos el punto de mira justo para ver lo que nos acontece? ¿Y qué hay detrás de esto? Pues, la respuesta es la desorientación e incluso la pérdida de fe. Es horrible sentir que no hay salida, que no existe solución a tus problemas. Es como si, una densa tiniebla, anegara tus ojos dejándote ciego. Y por más que busques, por más que trates de salir de esa situación, más te hundieras.  Es en ese instante donde nada parece tener sentido. Todo se vuelve humo, vacío, tristeza. ¡Quién querría una vida así! En circunstancias como esta, uno solo piensa en huir, en escapar de ese dolor tan intenso que provoca en no ser oído, escuchado, atendido por la persona que más te ama y cuida. Te preguntas, ¿dónde estás, Dios mío? ¿Cómo es posible que no alcance ver tu gloria y majestad en estos momentos de mi vida? ¿Qué he hecho para que no te acuerdes de mí?

desde la cruz

“Buena voluntad para con los hombres” Ese es uno de los deseos que las huestes celestes, transmiten a esos sencillos pastores. Dios aparece en escena, encarnado en un recién nacido y lo primero que desea para la humanidad es buena voluntad, el perdón es la primera intención de Dios en los hombres. Su predisposición es el perdón, está dispuesto a escuchar, a restablecer aquello que el hombre por su condición cada día rompe.

Buena voluntad

LA FE

VITAMINA.  E

Culpable

Discípulos

Idolotría.1

Guardar Silencio

Intermediarios

Soy un hijo del reino y seguidor de Jesus de Nazaret. Motivado por la única finalidad de ser Sal y Luz a este mundo.
La verdadera pobreza no es solo ausencia de pan, también la ausencia de Dios en los corazones. Pues no solo de pan vivirá el hombre.....

Verdad y Reino.