Después de una introducción que ayuda a preparar la Navidad de la mano de las Antífonas mayores (17-24 de diciembre), nos acercamos a Belén. De la mano de unas palabras de Pablo VI, meditamos algunos detalles de la vida entre María, José y el Niño. 
Se recomiendan dos libros, que pueden servir para vivir la Navidad: 
- E. Monaterio, "El Belén que puso Dios"
- F. Rancan, "Yo también vivía en esa casa"

Aprender de Belén (y de Nazaret)

La entrada de Jesús en Jerusalén lanza un mensaje inequívoco a las autoridades religiosas, y sin embargo éstas no quieren verlo. El Señor ha entrado en la ciudad santa para entregar su vida. Primero se entrega a sus discípulos en la Eucaristía, después en manos del Padre en Getsemaní. Es la preparación de su Pasión.

Meditamos los textos de Lc 19,28s.; Lc 22,14s.; Lc 22,39s.

Entrar en la ciudad para entregar la vida

Nos preparamos para la Navidad orando sobre lo qué esperamos de ella y, sobre todo, de lo que Dios nos ofrece: un pesebre, para que cada vez que volvemos a gustar la amargura de lo que no satisface -una y otra vez- lo encontremos a Él  hecho niño.

Hacia la navidad: un pesebre

Si nos preguntaran si estamos predestinados seguro que respondemos que absolutamente no.
Pero, ¿es eso verdad? ¿y qué ocurre cuando San Pablo dice que estamos predestinados en Cristo?
La Navidad nos ayuda a entender ese misterio y vivir gozosos en la gratuidad del amor de Dios.

Hacia la Navidad: predestinados

Tras el fallecimiento de Benedicto XVI, es posible acercarse a su vida y descubrir lo que Dios hizo en ella, y la luz que ha difundido en el mundo. En este tiempo de oración se repasan tres aspectos de su vida entregada: la alegría, el servicio y la fidelidad.

Benedicto XVI - una Alegría fundada en el Amor

Saber responder a un sueño sin tener todos los datos.
Saber comprender y amar a otro, secreto del apostolado.
San Juan Bosco, ruega por nosotros

Patronos de la JMJ 2023: San Juan Bosco

Mateo recoge en su Evangelio con gran brevedad el momento en que Jesús vino a buscarle. Le dirigió una sola palabra: "¡Sígueme!". Él lo dejó todo y fue tras el Señor, no sin antes organizar una fiesta para que todos sus amigos pudieran conocerle también. 
En el Evangelio, Jesús dirige esa misma llamada a otras personas. Claro que no todas respondieron de la misma manera... ¿Cómo respondes tú?

Levántate y sígueme (Mt 9,9 - 13)

¿Hay algo muy dentro de ti que te recuerda que no eres todo lo feliz que debieras? 
Aquí una respuesta; o mejor, aquí el camino de solución

La felicidad es vivir la logica de Dios (Sermón de la montaña)

"Estaba la gente apiñándose alrededor de él y se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación" (Lc 11,29-30).
La Cuaresma nos invita a mirar a Jonás, para comprender un poco mejor nuestra propia misión.

La Cuaresma y la señal de Jonás (1ª semana)

¿Quieres llenarte de gracia en esta cuaresma?
Sincérate con Dios: vacia tu corazón de lo que sabe a vinagre.

El primer paso hacia la Pascua: vaciar el vinagre de nuestro corazón

Cuando san Marcos narra la Pasión de Jesús, recoge un detalle muy significativo: "Y lo sacan para crucificarlo. Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a llevar la cruz. Y conducen a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»)". Sólo Jesús podía cargar con la Cruz, y liberarnos del peso del pecado. Sin embargo, quiso hacernos partícipes de esa obra de Amor.

Levántate y carga con la Cruz (cfr. Mc 15,21)

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La Cuaresma y la señal de Jonás (1ª semana)

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