VOY A TU LADO

Voy a tu lado
y el mundo es tan reciente que aún no tiene nombres:
para aludirlo es fuerza indicarlo,
para evocarlo debo bautizarlo.

Voy a tu lado
y el mundo es tan flamante que aún no existe el odio:
Hitler no ha depredado aún Europa;
Zedillo, Acteal; ni Reagan, Nicaragua.

Ocioso está el recuerdo;
sin empleo, el olvido:
la historia está en blanco,
nada tiene pasado.

Voy a tu lado
y cada acto nuestro instituye algo:
cada caricia mía es un invento
y, cada beso tuyo, un descubrimiento.

Ocioso está el recuerdo;
sin empleo, el olvido:
la historia está en blanco,
nada tiene pasado.

Tu corazón siempre es presente,
tu corazón siempre es presente,
presente y futuro.

Voy a tu lado aunque el planeta
ruede hacia el polvo hecho pedazos.

Voy a tu lado aunque se meta
la fría cicuta entre tus vasos.

Voy a tu lado aunque repleta
se halle la orilla de sargazos.

Voy a tu lado aunque el poeta
calle su verso ante tus pasos.

Voy a tu lado aunque sean veta
de tempestades tus abrazos.

Voy a tu lado aunque, discreta,
la muerte cierna sus ocasos.

Voy a tu lado aunque la ETA
me forre el cuero de bombazos.

Voy a tu lado aunque prometa
el fuego hundirme a coletazos.

Voy a tu lado aunque el asceta
jure que es de mis yerros crasos.

Voy a tu lado aunque arremeta
la noche con sus sardos rasos.

Voy a tu lado aunque, la neta,
no soy de grillos ni de lazos.

Voy a tu lado aunque la meta
hierva en malogros y en fracasos.

Voy a tu lado aunque esta grieta
se abra y me carguen mil payasos.

Voy a tu lado aunque someta
mi certidumbre a los acasos.

Voy a tu lado aunque en meseta
se halle la peste con sus casos.

Voy a tu lado aunque el esteta
no dé su aval a nuestros trazos.

Voy a tu lado aunque a cubeta
nos llueva hielo en los regazos.

Voy a tu lado aunque en carreta
y aunque me endeude a largos plazos.

Voy a tu lado aunque la jeta
el sol me queme con su brazos.

Voy a tu lado
y el mundo es aún tan puro, está tan intocado
que da angustia aun mirarlo
y aterra la idea de estrenarlo.

Voy a tu lado
y todo es tan nuevo que aún despide rayos.
Huele a recién elaborado,
al celofán intacto de un regalo.

Voy A Tu Lado

Geopolítica Privada

Tú eres la Contra y, yo, Managua;
tú, el Tzahal; yo, la Intifada;
tú eres los Marines y, yo, Granada;
tú, el Pacto de Varsovia y, yo, Praga;

tú eres la Roma legionaria,
yo soy la patria numantina;
yo, las patagónicas Malvinas;
tú, la Royal Navy atrabiliaria,

cuando tu voz
avanza inexorable hacia mi corazón
sin encontrar
más resistencia que la de tu indecisión.

Tú eres los yelmos españoles;
yo, las castas precolombinas;
yo soy las comarcas de la China,
tú eres los vesánicos mongoles;

Tú eres la Wehrmacht genocida;
yo, la Polonia inmolada;
yo soy la Italia arrodillada;
tú, la Grand Armée ensoberbecida,

cuando tu voz
avanza inexorable hacia mi corazón
sin encontrar
más resistencia que la de tu indecisión.

Geopolítica Privada

Game over

Yo era el guloso circulito amarillo
que, apurado, fatigaba el laberinto,
intentando devorar todo el tablero.

Tú eras la preciada pildorita energizante
con que yo podía engullirme a los fantasmas
y seguir, merced a ello, hacia adelante.

Yo era el forzudo nauta tuerto y chaparrito
que singlaba, soñador, los siete mares
con su pipa proverbial entre los labios.

Tú eras la latita imprescindible de espinaca
con que yo podía noquear a aquel gigante
marinero de las barbas arrogante.

Era yo
el ducho zapador
enfundado en su traje de astronauta.

Eras tú
la bomba de aire con
que yo inflaba, hasta explotar, a los dragones.

Yo era el gordito y bigotudo carpintero
que debía remontar el rascacielos
al rescate de la rubia ante el gorila.

Tú eras el martillo salvador con que aplastaba
los barriles que la bestia me arrojaba,
consiguiendo culminar tal epopeya.

Yo era la pelota trompudita que saltaba
coloreando la pirámide de cubos
frente a toda una borrasca de alimañas.

Tú eras las alitas invisibles que batía
hasta ver mi ardua tarea coronada
y emprender una más ardua y temeraria.

Era yo
el ducho zapador
enfundado en su traje de astronauta.

Eras tú
la bomba de aire con
que yo inflaba, hasta explotar, a los dragones.

Era yo
el rescatista audaz,
con su hélice prendida a las espaldas.

Eras tú
la dinamita con
que me abría paso por las galerías.

Era yo el Dante
que, enfrascado en la cruzada
de alcanzar la luz brillante
de la gracia más sagrada,
vio el infierno crepitante
y descendió por cada grada,
y luego el monte en que, anhelante,
el penitente aguarda viada.

Eras tú el Virgilio
cuyos versos me guiaban
y me daban el auxilio
que mis fuerzas precisaban,
y la musa de mi idilio,
cuyas horas elevaban
mi virtud en ese exilio
en que las almas se salvaban.

Era yo
el ducho zapador
enfundado en su traje de astronauta.

Eras tú
la bomba de aire con
que yo inflaba, hasta explotar, a los dragones.

Era yo
el rescatista audaz,
con su hélice prendida a las espaldas.

Eras tú
la dinamita con
que me abría paso por las galerías.

Game Over

LLÉVAME

Musa de mi estil poesía,
tan soñada por la noche,
tan esplín durante el día,

yo te canto esta elegía
no con aires de fantoche:
porque fuiste y serás mía.

Sol de mi melancolía,
cornucopia sin derroche,
mi más cara epifanía,

ven ligera, pulcra guía,
y en tu alado y áureo coche
llévame hasta tu Utopía.

Llévame,
llévame, 
llévame hasta tu regazo, 
que es mi todo.

Llévame,
llévame, 
que no puedo respirar
con tanto lodo. 

Llévame,
llévame
para estar de nuevo
juntos, codo a codo.

Llévame,
Llévame,
que no puedo proseguir
de otro modo.

Venus de mi galería,
virgen de mi Santa Croce,
tono de mi melodía,

ven singlando por la ría
y, en tu barca, sotto voce,
llévame hasta tu ambrosía.

Llévame,
llévame, 
llévame hasta tu regazo, 
que es mi todo.

Llévame,
llévame, 
que no puedo respirar
con tanto lodo. 

Llévame,
llévame
para estar de nuevo
juntos, codo a codo.

Llévame,
Llévame,
que no puedo proseguir
de otro modo.

Llévame

DONDE CADA MAR

Aunque la mar se me haya ahogado en la clepsidra frágil del dolor
y ya jamás pueda rehacer su ígnea voz;
aunque el polvo se haya impuesto entre los dos
desde que esos muertos tristes lo llamaron al salón de atrás;

aunque el amor se te haya apeado una estación antes del corazón
y tus sueños estén regados al azar
y el exvoto se te herrumbre en un altar
y el deseo pernocte en el fondo de la barra de un oscuro bar,

sí, seguimos andando.

Aunque el agua devino arcilla y la miel transubstanciose en sal
y ningún dios nos libró de ningún mal;
aunque el juego haya sido serio esta vez
y el ladrón se nos esconda y por más que lo busquemos no lo hemos de hallar,

sí, seguimos soñando.

Y aunque el déspota haya soltado sus perros fieles 
a tragarse a hondas dentelladas crueles 
sus ropitas sucias de madres pobres, 
sus juguetitos rotos de reyes pobres, 
sus báculos viejos de viejos pobres, 
y tras aquellos valerosos redentores haya millones de armas en brama, 
sí, ellos siguen andando.

Y aunque intentan derruir el cuchitril del corazón 
(con su esperanza, con su ilusión
de una cesta con panes y otra cesta con peces, 
y un doctor para el enfermo y un colchón para el amor, 
y una tarde sin aviones y un empleo sin mayoral
y sin guardias blancas ni general, 
y una escuela en cada cuadra y agua clara en cada hogar, 
y un Aguascalientes donde cada mar), 
sí, seguimos andando; 
sí, seguimos amando; 
sí, seguimos soñando; 
sí, seguimos bregando.

Donde Cada Mar

ETERNAMENTE

Me piden 
que vuelva a ser feliz, que mire al frente,
que deje ya “el pasado” en el pasado,
que tire para este o para aquel otro costado,
que salga, que conozca “nueva gente”.

Me piden
que al fin me reenamore de repente
y trepe de regreso al viejo estrado
y cante a algún flamante y lindo ser amado
una canción flamante del presente.

Me piden que te olvide lentamente,
que dé nuestro Edén por terminado.
Ignoran, corazón, en cuánto grado
te amo y te amaré eternamente.

Me piden
que sueñe otra vez, que nuevamente
levante el vuelo y pazca en otro prado,
que busque en otra fuente el adorado
elixir legendario de tu fuente.

Me piden
que viva, que renazca y, mansamente,
asuma sin chistar mi “nuevo estado”;
que vuelva a ser aquel que fui contigo aquí a mi lado:
rotundo, integral, pleno, vehemente.

Me piden que te entierre simplemente,
que siga mi camino, entusiasmado.
No saben, mi amor, que eras mi hado
y mi Argo en este fúnebre afluente.

Eternamente

DUELO

Pretenden que surja de la muerte,
que me lave la sangre, que me cambie de ropa,
que sonría al espejo, que agradezca mi suerte;

pretenden que me alce y sea “fuerte”, 
que cure mis heridas, que disfrute la tarde,
que me vaya de fiesta, que olvide no tenerte,

pero ocurre que no puedo, 
que ni siquiera quiero,
pues mi duelo es mi consuelo, 
lo único que tengo de tu amor;

en su seno ardo quedo,
leyendo el aguacero; 
es el ápice de Cielo
que queda entre mis manos de tu flor.

Pretenden que deje esta inerte
condición, que me avispe, que valore el ahora,
que me labre un futuro y me habitúe a no verte;

pretenden que cese de quererte,
que incinere tus fotos, que convoque a Cupido,
que mire al horizonte y me resigne a perderte,

pero ocurre que no puedo, 
que ni siquiera quiero,
pues mi duelo es mi consuelo, 
lo único que tengo de tu amor;

en su seno ardo quedo,
leyendo el aguacero; 
es el ápice de Cielo
que queda entre mis manos de tu flor.

Duelo

UNA MAÑANA CUALQUIERA

Una mañana cualquiera, 
se encontraron nuestros cielos,
y ya nadie, ni sus celos,
pudo parar nuestra esfera.

Te trocaste en mi bandera,
en mi artífice, en mi telos;
y, yo, en los azules vuelos
de tus élitros de cera.

Te enraizaste aquí a mi vera,
y yo me abismé en tus velos,
y hasta los peores camelos
se hicieron primicia vera.

La horridez, aun la más fiera,
se volvía caramelos
en nuestros pechos gemelos, 
fuera del grandor que fuera.

Nada era imposible estando junto a ti,
nada, estando tú junto a mí:
ni siquiera la paz,
ni siquiera el dios.

Una mañana cualquiera,
se secaron los riachuelos,
y se llenó de flagelos
nuestra etérea vida entera.

Poco a poco, la altanera
noche con sus escalpelos
fue royendo los pomelos
de nuestra áurea primavera.

Hoy nada es posible estando ya sin ti,
nada estando tú ya sin mí,
ni siquiera el dios,
mucho menos la paz.

Una Mañana Cualquiera

TU BOCA

Tu boca fue…
fue el John Thompson grácil de mis besos;
y fue, también,
la pila bautismal de mi deseo.

Tu boca fue
mi Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal;
y fue, también,
el bajo en que encallaban mis designios.

Tu boca fue la patria de mis sueños,
jardín de abril del que no pretendían regresar;
tu boca fue la madre de mil celos y dolor.

Tu boca fue
la tea que ahuyentaba a mis demonios;
y fue, también,
el barro con que erguí mi universo.

Tu boca fue
la droga a que se me hizo adicto cada poro;
y fue, también,
el Maelstrom que arrastraba a mis desvelos.

Tu boca fue el pendón de mis cruzadas,
tu caballo aqueo en la Troya de mi amor;
tu boca fue mi elíxir y cicuta, corazón.

Tu Boca

LA CASA, EL MUNDO

Es tu piel la alcoba 
donde el sol desvístese y descansa.
Es tu voz la sala 
donde al mar recíbelo su amada.

Es tu tez el huerto
donde dios se evade de sus culpas.
Es tu olor el baño
do la paz restaña sus palomas.

Es tu sabor la biblioteca donde lee la luz;
es tu sonrisa su cocina.
Es tu cabello el comedor donde pace la flor;
es tu cintura su buhardilla.

Es tu amor la casa
donde yo alíviome del mundo;
y es, también, el mundo,
con su horror, su infamia y su asechanza.

Es tu sabor la biblioteca donde lee la luz;
es tu sonrisa su cocina.
Es tu cabello el comedor donde pace la flor;
es tu cintura su buhardilla.

La Casa, El Mundo

Toda crisis da lugar a dos tipos de actos: los creativos y los destructivos, es decir, aquellos que enfrentan y salvan, y esos otros que rehúyen y arruinan. Lengua Franca pertenece a los de la primera clase. Surge de la peor crisis sanitaria y económica y, en consecuencia, social que haya sufrido la humanidad en más de un siglo: la pandemia de covid-19, que ha recluido al planeta en pleno en sus disímbolos refugios y miedos, y, arrostrando sus propios demonios, lo mismo que los de toda la especie, los acomete con dos armas incruentas pero infalibles que no generan caos ni destrucción sino, antes bien, armonía y esperanza, esto es, vida: sonidos y palabras.

Las crisis generan lazos y también rompimientos, solidaridad mas igualmente egoísmo; empatía aunque, desafortunadamente encono, desacuerdo, falta de entendimiento. La lengua franca, es decir, la lengua vehicular permite lo primero y ayuda a evitar o disminuir lo segundo. Es una lengua mixta, sincrética, intermedia, a caballo, sin patria ni nacionalidad y, en ese sentido, universal y común que permite comunicar al margen de idiomas natales o locales y de lugares de nacimiento o de radicación. La música es la lengua franca por antonomasia. Conecta, acerca, vincula y amista a propios y extraños, a tirios y troyanos, a la mujer del África con el hombre de América, verbigracia, sin ambigüedades ni, en consecuencia, malos entendidos de por medio.

Lengua Franca es la evolución natural, inevitable, espontánea de Devotos de Otro Cielo. Es la respuesta de una mujer y tres hombres a uno de los peores desafíos mundiales de nuestro tiempo en materia de salubridad y de formas de vida y convivencia. Es la propuesta estética de cuatro amantes de la música que, a su manera, y por medio de sus diletantes mas honestas creaturas sonoras y líricas, intentan homenajear a sus amigos, a la música y, en particular, a los verdaderos músicos, los de tiempo completo, los artistas, los genios, a quienes deben su pasión por esta superior disciplina artística.

Bienvenidos y muchas gracias por el favor de su amable atención y su valioso tiempo.

Lengua Franca son:
Camila Arana.- Voz, ornamentación, diseño creativo y multimedia 
Antonio Arana.- Guitarras, voces, música, letras y arreglos
Alejandro Arana.- Bajos, teclados, arreglos, dirección, grabación, edición y mezclas
Ernesto Arana.- Batería y percusiones

Lengua Franca

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