1973 - Agosto 4  -  2018

Los sueños llegaron solos sin llamarlos
Sin haberlos invitado acompañaron las noches,
Sin conocernos empezamos a extrañarnos,
Nos pusimos a dibujar sin pizarra ni colores.

Sin habernos visto antes nos buscamos en carruajes,
Sin saber a quién ni donde, queríamos encontrarnos
Y llenamos de imágenes las mañanas y las tardes,
Si pensarlo un día casual apenas no más nos saludamos
Y pasamos de largo aún nos hubiéramos preguntado en las calles. 

Estábamos tan cerca, yo en la Alameda y tú en la Flora,
En esa verdosidad, sin proponerlo empezó a crecer la esperanza, 
A ese árbol que sin saber sembramos, ni en qué día, ni en qué hora,
Le fueron saliendo las hojas sobre esa planta no por los dos abonadas.

Los eslabones que surgieron no pretendieron jamás acercarnos
Pero sirvieron de puente para unirnos sin pensar las manos,
Y ellas hoy se buscan, se necesitan, acompañan los pasos
Se reclaman cuando solos o juntos caminamos.

Desde esa danza primera que nos hizo humedecer los labios
Así desprevenidos al vaivén de un son,
Nos llenamos de luz y en la frente nos besamos,
Al faltarnos compañía en el altar nos bendijo Dios.

El amor como un árbol creció con la Gloria, con Gloria los frutos crecieron,
Se hicieron grandes sus sonrisas, hoy cargan sus propios retoños,
Aprendimos de sus escenarios, nos llenamos de su todo,
Tres soles iluminando el camino y alegrando los años nuestros.

He ido al parque para traer para ti las rosas rojas,
Para llenar el jarrón con ese color vivo que entrega tú pecho,
Para agradecerte los tragos diarios de cada amanecer,
Gracias amor por cada noche que viajamos con los mismo sueños.

Hoy estamos de Aniversario compartiendo el mismo abrigo
Nos hemos conocido los ronquidos y hasta el cabecear en la tele,
Hemos hecho de la misma horma las huellas y más fácil el camino,
Lo hizo más fácil Dios vistió con el mismo traje, con amor todas las veces.

Leonel Bustamante Arias