Lectura en voz alta de La noche de los feos de Mario Benedetti.

La noche de los feos (M. Benedetti)

La ciudad, cuento tomado del libro De este mundo y del otro de José Saramago. 

La ciudad (J. Saramago)

Una llegada sin despedida 

Sin encontrarse se descubrieron y con palabras desnudaron el destino. A la cuenta de tres llegó la seducción y en silencio se despidieron. Sin pensarlo, el recuerdo les consumió y patológicamente se retuvieron. Dejaron rutas sin trazar y planes sin agendar; el balcón y el baño lleno de plantas de marchita presencia, y la herrumbre de palabras eternas. En la memoria las miradas se perdieron en el deseo y los cuerpos se buscaron sin afanes, los dedos impunes jugaron con cada milímetro de la carne trémula, y los sexos resolvieron lo que las palabras no pudieron. Ahora bailan con sus demonios al hilo del abismo de sus miedos. Arrullan la duda con caricias ingenuas, conversaciones incompletas y sexo de salón. Se aman para abandonarse por instantes mientras se recuerdan en la propia intimidad. 

#fragmentos @libertarix

Una llegada sin despedida

Ingenua

Iluminado por su presencia,
despejado de la niebla espesa que amordaza la luz, 
la mirada ingenua: la mirada suya.
Arrebatado de dulzuras,
ahora contaminado de obsolescencias,
persistente a lo que no da espera;
dejando lentamente la inocente esencia: mi inocente presencia.
Iluminado en su mirada y la risa inconsciente,
el cabello azabache 
y la palabra incierta: la frase perfecta.
Arrebatado de alegrías,
confundido con la esperanza,
amenaza perfecta de mundos imaginados
que no dan tregua. 
Mientras todo pasa 
y cada construir derrumba el poco de inocencia,
me lleva la presencia enferma de la desesperanza,
la mirada ingenua perdida en su esencia,
la clara luz de lo que imaginamos y no da espera.
Tanto miedo.
Tanto ruego.
Tanta espera.
Tanta niebla.
Tanta mierda.

Ingenua

Libertarix - … El Uno del Otro

Ya casi ni te recuerdo, algunas noches atrás,
cuando aún éramos y aún conocíamos… uno del otro.

Ahora algo nos separa, evitándonos al máximo. 
¿Y qué hacer mañana si ahora somos dos… uno del otro?

Mi mirada fría y arrogante, y la tuya tan indiferente;
mis palabras sinceras y las tuyas tan secas… uno del otro.

Es tan corto el amor y tan largo el olvido,
cuando las hojas y el esfero tan lejanos y agonizantes… el uno del otro.

Porque aun te recuerdo y no entiendo por qué,
cuando no éramos nada y ahora seguimos igual… el uno del otro.

Me alejo a dos cuadras con mi olor a cigarrillo
y mis deseos aun viajan junto a tu cuerpo… uno del otro.

¿Para qué negarlo, si aún te amo?, ¿si me traiciona el corazón?
Y anhelo aquella locura de tenerte cerca… uno del otro.

Solo recuerda a alguien que te amó y aún te ama,
mientras paso la tarde solo, separado… el uno del otro.

... El Uno del Otro

Libertarix - Buscando en mis recuerdos

Otra noche más de pesares e ilusiones
escondidos tras el velo indiferente de mi egoísmo.
No dormir
es escuchar el constante tic-tac del reloj,
que lleva consigo la secuencia del tiempo que no la tengo,
del vulgar pasar de los segundos en cristales de agonía.
Escudriñar más allá
es sobrepasar el límite de mi recuerdo,
porque no hay más allá;
tan solo horas que esperan,
tiempo que muere.
Segundo tras segundo,
noche tras noche,
pesares e ilusiones que corren tras el recuerdo,
diarios en blanco repletos de dolores.
Noctámbulo y agónico es el paso de este cuerpo
que encierra el alma tras el egoísmo,
tan indiferente en ocasiones.
Escudriñar recuerdos perdidos
cuando solo tengo la mirada de sus sueños [¿tan ajenos a mí?]
en el trasfondo de mi soledad.

Buscando en mis recuerdos

Libertarix - Sus demonios infinitos

El infinito se parece a sus ojos.
En esa inmensa amargura 
se descubre la imposible batalla,
la infame angustia del miedo.
En esa inmensa oscuridad 
se descubre el ébano rudo con el que se construyen sueños,
la clara presencia de una inútil esperanza.
Detrás de esa mirada agónica 
se esconde el claro amanecer,
la imagen fiel del rocío, 
el golpe silencioso de un ave.
Permitirse una intromisión en el profundo estanque se sus demonios
parece sumisión, 
desfigura mi valentía, 
me refleja como un cobarde.
Perder la lucha sin asesinar ese fantasma [en mis sueños y esperanzas]
me hace humano… demasiado humano.
Es por eso que ruego que aspire conmigo, 
que permita mi intromisión, 
que deje a un lado el pesado miedo;
para auscultar en su infinito y sanar el miedo, 
castigar sus demonios.
Dejar de perturbar la tranquilidad es una buena oportunidad para reconocer en otrxs la ausencia de amor que existe nosotrxs.
Déjeme llenar de luz su infinito.

Sus demonios infinitos

Libertarix - Si dejara mis sentidos

Si la mirara lentamente entre la niebla oscura de mi pensamiento,
derramaría entre mis manos 
las lágrimas inquietas de mi dolor.
Sin embargo, ya no la veo,
se marcha sin avisar entre la oscuridad del miedo,
y sus muchos espantos y juglares.
Si la escuchara lentamente, luchando sin fatiga contra los gritos del adiós,
vendría a mi memoria todo lo que “quizás” que no fueron,
todo lo que dejó escapar.
Escucharía sus razones, blasfemia contra mi relato;
escucharía la miseria de mis miedos,
los golpes de sus palabras mezquinas, 
la repugnancia de mis recuerdos.
Si la olfateara me ahogaría con el deseo de sus besos,
asesinaría por el placer de su cuerpo,
acabaría estrecho en el misterioso lugar de su recuerdo.
Pero el esfuerzo sería inútil: luchar contra la ternura, el amor… 
los recuerdos que dejarán de ser gratos momentos.

Si dejara mis sentidos

Libertarix - Ella a la espera

Se va descubriendo la noche
con sus claros matices oscuros, 
con su niebla ingenua
que nos corrompe.
Una mirada 
y ese temor guardado,
la dulzura puesta entre las manos
mientras todo parecía azul.
Ese dolo. Esa gloria.
El miedo a perderlo todo
mientras ingeniaba cómo seducirte,
mientras imaginaba lo inútil de todo esto.
Vos, puesta sobre el espejo,
esperando todo, menos a mí.
Vos, acurrucada, llena de miedo,
inhalando la peste que expelo.

Ella a la espera

Libertarix - El bosque de su presencia

Tonto y apresurado, así parecía ese atrevimiento:
pero es un impulso oscuro del que no deseaba escapar.
Todo por una figura sombría que no permitía jugar a sus pensamientos.
Una energía sublime que atraía con miedo el vaivén de su cerebro;
la mirada cubierta de carmesí satinado.
Una palabra más fuera de tiempo 
y todo hubiese terminado con un nueve quince pe eme.
Alguien no lo quiso así; 
y todo, incluso ella, es tan extraño que parece fugaz.
Ahora no reconoce su contorno, tan solo una voz,
un sonido que se escapa de su extraña presencia.
Parece que todo se desconectara,
incluso, el interés, la rabia, el odio:
todo lo que invade y es tan propio del miedo.
No cree que sea nuevamente,
al bosque solo se ingresa hasta el centro, 
de ahí, solo es de salida.

El bosque de su presencia

Libertarix - Prefiero 

Siempre he preferido andar entre la espesura del bosque.
Es allí donde se encuentran los miedos,
los demonios con los que se lucha cotidianamente.
Siempre he preferido ser un buen guerrero
aunque eso no signifique ganar todas las batallas,
a pesar de perderlas con frecuencia. 
Siempre he preferido escupir a mis enemigos,
aunque ello implique tentar mi suerte
y morir apuñaleado por la espalda;
aun cuando signifique morir joven sin intentarlo todo.
Siempre he preferido una buena novela erótica,
aunque ello me lleve a ser un poco más tonto
por no gastarle tiempo a Rimbaud o Voltaire.
Siempre he preferido destrozarme el cerebro,
aunque pensar la revolución me lleve al fracaso intelectual,
aunque el panfleto y la molotov sean más seductores. 
Siempre he preferido una noche en amigxs, vino y cigarrillos,
aunque terminemos ebrixs, solxs y muertxs,
aunque nadie nos llore al final de nuestros días.
Siempre he preferido la tristeza de la verdad, 
aunque vivir en la fantasía de su cercanía
traiga consigo la lozanía de una nueva aventura.
Que todo será tan solo eso:
Los sueños de unx borrachx que anhela encontrar el amor donde aún no lo ha perdido.

Prefiero

Libertarix - Robándole al destino

Descubrir. Mirar ahora con miedo,
frente a frente con el dolor,
con la vida que se pasa entre sueños. 
El cáliz límpido,
la ternura acogedora, 
esa sonrisa ingenua que creías construida:
el poco miedo y la libre mentira.
Todo tan imperfecto, 
tan oscuro y tan frío;
la sombría presencia del mañana.
Vos estás tan lejos,
y pareciera, cada vez que te encuentro,
fugaz alivio a la distancia, un recuerdo.
Esa palidez iluminada
y el porte omnipresente de un ser humano,
tan humano y tan frágil.
Qué parecido en el rostro y qué timidez la mía.
Ahora pienso en las cosas y su momento límite;
en ese en el que se toman o se dejan. 
En ese en el que, ante la oportunidad, 
debes tomar con las manos
y arrebatárselo al destino.

Robándole al destino

Libertarix - Animales de teatro

Anda en el medio
y… ¡quién lo creyera!
Un ser lleno de miedo
y ella llena de frío.
Un ser inanimado
escapando al infortunio
y a una mujer
ajena a su cobardía.
¿Por qué la piensa?
Ningún dios podía preguntarle eso…
es solo suyo
y de nadie más.
Fabrica escenarios
y se imagina los guiones,
esos que quiere recordar.
esos de los que ella se reprime.
Ni un dios podría explicar esto:
un animal inanimado,
él cuando esculpe la vergüenza de ella;
ella cuando imagina el teatro construido por él.

Animales de teatro

Libertarix - Nocturno III

Ahora 
siento el piso nublado, humeante y triste; 
hago elogios al amor y elegías a la muerte.
Corazones 
sujetando el pasando, conociendo el presente 
y desatando el futuro en efímeros pasos.
Consumo 
la pesadez del odio que ahuyenta las ideas 
y que, ahora, calcifica mis sentidos.
Comienzo 
del estado natural al paso del misterio, 
carcomiendo mi sonrisa y fracturando mi ser.
Húmedo
encharcado en sangre de agonizante, 
fallo en mis pasos y amortiguo mis angustias.
Ahora
mi cabeza desnuda revela las ideas sin temor, 
abriendo paso al juicio eterno.
Lentamente
mis ojos se cierran y escucho gritos mudos 
que piden al oscuro que no rechace mi alma.
Salpico 
con sangre y purpureo todo cuanto se quiebra 
ante el paso firme de mi partida. 
Hastío 
de conocer aquel estado de conciencia; 
y me ahogo lentamente en mis efímeros recuerdos.
Asco 
de conocer el presente recordando el pasado 
y meditando el futuro que marchó.
Sentidos
se agudiza el oído, se afina la oscura mirada, 
inhalo el olor cadavérico, saboreo la victoria.

Nocturno III

Libertarix - Nocturno II

Una noche de domingo lluvioso y de extraño amanecer, llegaste tú.
Tu entrada triunfal desató mi furia y, sin embargo, no pude evitar tu victoria.
No escuchaste mis ruegos, esos que mis labios no dudaron en pronunciar,
y mis oídos no percibieron tus palabras de satisfacción.
Ahora, postrado ante ti, viendo tu rostro fulgurante con aquella locura perdida
 y mi odio apaciguado, siento por fin esta paz. 
Aquella que algún día juraste me llegaría y me envolvería.
La siento al fin. Y ruego porque nunca se vaya,
y quisiera volver a nacer para sentir de nuevo ésta sensación de alivio.
Te miro y me miras,
te siento y me sientes.
Aunque no me escuches:
Te Amo.

Nocturno II

Libertarix - Nocturno I

Frío sumiéndose al placer y agoniza el corazón con su cordura.
Inmensa sensación de dolor. 
Conociendo la púrpura con grotescos gestos, miradas, pisadas; 
carcomiendo, consumiendo.
En la penumbra, mientras la oscuridad se asoma, 
asume inquietantes posiciones de humildad.
Entrando por la ventana, seduciendo mis sentidos, 
penetrando por los poros con su frío, su agonía.
Con su inocencia alabando mis himnos, 
ordenando mi cabeza con un encuentro de sexos.
Agrietando el péndulo de la mirada fría y posesiva; asumiendo su papel.
¿Este sentido se apagó? El mal culminó con la agonía del placer.
¡Seducción de sentidos! 
El color se hizo claro, las miradas homogéneas, 
la penumbra dominó en su entrada triunfante.
La lengua se resquebrajó en el oído de la noche,
se escuchó como siempre: tan oscura, tan fría, tan omnipotente.
¿Nos va a derrotar? ¿Nos irá a desgajar? ¡Nuestras partes dispersas!
… en el infinito.
Después de todo esto se inician los estragos.
Ahora el corazón se fusiona, se inicia el cambio.
¡Tedios!
Los sentidos iluminan la miseria, agobio de ya no sentir, no estar;
ser ocupado por esta paz.
El odio se hace agudo. 
Preludio de agonía, alumbre de agonía, sonidos de agonía.
Susurros de dolor, cambio de aureola.
El fin suena poco a poco. La vista se nubla; imágenes obsoletas.
Giros de color púrpura, negro. 
Ahora estoy solo, inhalo mi angustia, mi olor putrefacto.
Ante mi absurda partida … silencio por siempre.

Nocturno I

Libertarix - El Cobarde

Es la soledad, la profunda soledad, la que me instigó.
Le temo a la certeza inminente de que jamás sentiré la humedad de los cuerpos desnudos,
esa trémula carne que desaparece en cada suspiro bajo la muerte tímida del amor.
Fue escapar a mi egoísmo y permitir que huyera apañado en su cobardía,
pronunciar palabras y escamotear los sentimientos, 
servirme del pérfido lenguaje de los amantes que ya no se salvan.
Fue ahuyentar tus eternos demonios tan rápidamente
y vanagloriarme precozmente de ese falaz triunfo de mi orgullo,
mientras sustituía la inocencia por la diatriba del amor de los tiempos pasados.
Fueron tus demonios y los míos, 
fue consumir tu vida como el último suspiro de la mía,
fue tanto amor el que me hizo ser El Cobarde.

El Cobarde

Aprendiz de cantautorx y poeta. Punk, hardcore y acústico; básico, honesto y directo es la técnica. 

Sin fama ni talento vamos por el mundo, porque la música es el camino, la verdad y la vida.

Libertarix

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