CITAS MAFIOSAS

Por suerte no me acuerdo ni de tu cara,
Pero me la imagino.
Se hace difícil ver detrás de la penumbra.
Con fiel sudor y en peregrino malambo
Te acoge la negrada.
Se agenda ese bajón, el brillo cuesta tan poco.

Yo tengo un libro de citas mafiosas
Para deleitar tu morbo.
Casualidades que son tan coincidencias
Yo me alimento de a sorbos.


Citas Mafiosas

*TOULOUSE, El tempo de unas máquinas dirigidas por humanos ("Las máquinas no tienen emociones por eso fueron creadas para digitalizar sus reacciones.") y la polirritmia de unos sonidos que vienen del futuro conviven con unas guitarras podridas, machacadas, todo mal, para acompañar el relato de alguien que increpa a otra persona. Algo de la sonoridad industrial en armonía con una melo muy chiquita, como si saliera de un órgano artificial. Unos gritos que son coros que son exhalaciones de una euforia tierna enriquecen la canción. 

Palabras Amarillas

Toulouse

Alhelí

Con U

PERSIA, Algo caótico o apocalíptico, las sirenas paranoicas instalan una dimensión espacial, algo lúgubre y sombrío, como las paredes de una casa ajena en la propia pesadilla, familiar y extraño, acompañan un pasadizo que dice que sólo a través de la risa del Paraíso es posible atravesar el Infierno. Las fragancias para sobrellevar cualquier perdición. Un delirio anónimo y maravilloso, una historia salida de Las mil y una noches.

Persia

Vistas M

*PELÍCULA, El poema de 3 minutos 11 segundos es una canción sobre las cosas que pasan cuando sentís. La película puede ser la vida: un problema -de la gente que está viva- que no tienen los muertes. La estupidez que nos ciega, los yuyos que crecen, las cosas que quedan, las diferentes formas de mirar. La canción empieza con el arpegio de una guitarra apenas sucia y termina sinfónicamente. Entre esas dos fuerzas gira el temperamento del tema. La delicadeza de una canción lenta. Unas voces como un rumor soñado por detrás hacen las veces de un coro que es un eco que es el zumbido de un ángel terrible que se aleja dejándonos solos con el silencio de las sirenas y nuestros sueños, como un tren, el último, el nuestro, que no podemos dejar pasar. Las imágenes de la canción no están hechas de palabras ni de sonidos sino de puras emociones. 


Película

" ... y pensar en un reloj resulta más tranquilizador que tomar al Tiempo con las manos , a borbotones rítmicos, y construir espacios brumosos , de un temple visceral , aunque aritméticos , y lograr que desde la bruma salte un rayo...¿Es luz...o..?... no sé... pero llega al centro y allí se ubica; atmósferas vitales en la que viven  los sentidos , música. Ningún lugar se ha descuidado en esta alquimia de voces humanas y sonidos químicos. Esta bruma eléctrica, bordea, penetra... Sigilosa, en un palpitar , me conduce de vuelta al corazón , donde lo trivial es tan profundo como lo es el nacimiento de una estrella..." 
                                                                                                          			     Bernardo Kehoe

“Hay algo en el lenguaje de estas canciones que es muy aryento, esquinado. Un lenguaje conversado al que no le hace sombra ninguna solemnidad, no son poemas de la poesía. Son palabras coloquiales. Todo esto me parece una conquista por la simplicidad. Nada de rimbombancias ni pirotecnia verbal. Un lenguaje de uso diario para decir las cosas que sentimos”. 
“Creo que ahora he perdido
 el tiento./ Creo,/ que ya no volveré a componer./ Ahora,/ ahora estoy por los arreglos." 
O. L. El niño taza. 
Javier Fernández


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