Resulta que un hombre llega del trabajo agotado, como si le hubiesen succionado la energía vital, a tal punto de que le costaba pensar cuál era la siguiente tarea en su rutina habitual; para al menos recuperar fuerzas, energías y la motivación para seguir adelante, decidió por un momento darle descanso a su mente e intentar dormir. "Recuerdo que me puse en toda posición para conciliar el sueño pero no podía, hasta que de pronto aparecí en una especie de habitación, casi oscura, rodeado de gente que parecía estar en la misma situación que yo. En un abrir y cerrar de ojos, un par de luces tenues y otras que titilaban toman el protagonismo del lugar. De repente comienza a sonar una melodía, y un hormigueo se apodera de todo mi cuerpo materializándose en un movimiento constante de cabeza, brazos y piernas sin parar al ritmo de la melodía en cuestión, como si fuera una coreografía. Se sentía como si mi cuerpo quisiera contarme sobre la felicidad que sentía en cada célula de el, por cada glóbulo rojo, blanco y plaqueta que recorrían mis vasos sanguíneos. Era una sensación parecida a la que un nene siente cuando el padre le regala un juguete; como mezcla entre excitación, ansiedad, emoción y diversión". Eso mismo es lo que representa Boiler Room: Un espacio contaminado de una melodía llena de alegría y felicidad que produce que te levantes del lugar donde estés y que te den ganas de bailar, no importa la hora ni el momento ni la época que sea. Así que adéntrense en este mundo y déjense llevar que la música los acompañará...

MASZ

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