Me gustan los días de agua y trueno,
de gotas feroces, hijas del aguacero.
Que desmontan del lomo del viento,
de la tierra cambiando su seco aliento.

*Me gusta ver abrirse luces de montaña
en medio de la bruma y cercos nubosos,
dando al paraíso gris de verde sombra,
el poder de los más grandes colosos.

Me encanta el clamor verde de mi país;
isla de parroquianos taciturnos, relajados;
aprovechados durmientes de lecho tronado,
trovadores de voces del resguardo ansiado.

Me encanta dormir en tardes roncadoras,
al lado de mi madre contando los rayos;
abriéndome a la vida en charcos y barro,
viviendo, como todos, a la tierra anudado.

*Disfruto con el bramido socarrón del río,
vuelto marrón por la rebeldía de la tierra
desalojada a cada palmo, muy inquieta
vengarse en el arrullo de orillas enhiestas.

Arreglos guitarra: 
Andrés Garzón (Colombia)

Aguacero

Quieres ver conmigo desde un balcón
los pequeños remolinos otoñales, 
aislados de hojas y aire; 
gentes de una ciudad de frío.

Quieres cambiar tus dedos lindos
por cuerdas de guitarras mudas; 
tus pies y los míos fríos, 
por rieles de tranvía.

Quieres hacer conmigo una pequeña,
condenada, sucia y bella canción,
que será nuestra perdición.
Mi piel morena es roja, es piel ajena.

¿Quieres olvidar conmigo, pasado funesto,
lo que te dije y no hacerte llorar más?
¿Quieres pensar conmigo, además,
que no soy perseguido, diferente?

Entonces, si quieres, contigo seré.
Entonces, si quieres, contigo no ver…

Quieres compartir conmigo libertad, 
vida y razón; mis países tristes. 
Quieres vivir conmigo el loco, exótico 
cancionero absorto de tantos hermanos.

¿Quieres, tú mujer, conmigo subir
de nuevo a un tranvía? 
¡Mis hermanos! Tal vez mañana 
nuestras cuerdas sean otra vez manos.

¿Quieres, tú mujer, conmigo subir
de nuevo a un tranvía 
donde mis sueños son? Tal vez mañana 
nuestros rieles sean de nuevo pies.

Entonces mañana olvidaré
que te dejé a cambio de mi idiotez,
entonces mañana te veré otra vez, 
en otra ciudad de frío.

Entonces, si quieres, contigo volveré.
Entonces, si quieres, contigo marcharé 
a esa ciudad, por tierra y pan.


Arreglos guitarra y voz: 
Viales & Garzón

Canción sobre rieles

Tanto tiempo despierto no aprendo a madrugar.
No me entero si ya marchas o aún reposa aquí,
buscando más noche con la que llegar a mí.
Beso una cintura y me rozan tus pies.
¿Me ciño a un corazón o son tus manos al amar?
Y esa voz en la escuela me habla de saber vibrar.

*Bella alquimista tal vez debas mezclar
alguna poción para hacerme soñar.
Sanadora de retoños ¡Oh nana de hospital!
Este niño ¿Lo ves? No consigue volar.**

Quizá deba hacer un repaso total,
hurgar entre mis libros hechizos para dormir;
una canción sobre Lourdes y otra más como Isabel.

***Relajante de amores que nos llevan a perder
la cordura total, de la cama el quehacer.
Vida en prosa tribal, versos del amanecer
¡Ayúdanos a distinguir entre el tiempo de amar y el de dormir!

Las 6:30 a.m. la alquimista ya no está.
El sol en mi ventana se viene a deshojar,
y sólo a esa hora no consigo madrugar ni vivir.
Al filo en la mañana, aquella nana de hospital
se ha robado el sueño que no supe aprovechar, 
se lo lleva entre los labios, pretendiéndole arrullar por fin.*

**Remitente de ardores, sombras del atardecer;
luz de último día ¡Ay amor por conocer!
Muerte madre de la vida que no acaba de nacer
¡Ayúdanos a caminar entre este tiempo de matar y de reír!***

Arreglos guitarra: 
Viales & Garzón

De amar y de dormir

Nací en un hospital público en Costa Rica, en 1976.
Empiezo a tocar guitarra a los 7 años, pero me aburro y lo dejo. Luego, para no ir a clase consigo entrar en el ensamble cultural del Liceo Roberto Brenes Mesén, como integrante del grupo de marimba y música de rondalla costarricense, lo cual resulta ser lo mejor de mi vida. Los profesores David Bonilla y Bartolomé Briceño me vieron y dijeron ¿Por qué no?
Cada tarde me escapaba de clase para ir a la Plaza de la Cultura a ver a los “papachos” que hacían música andina y me familiaricé con la música y el folclore latinoamericano. De ahí conocí – a muy corta edad – a dos músicos dedicados a la difusión del canto latinoamericano, quienes me identificaron de entre aquel corro de indios, básicamente porque era el único larguirucho, pálido y pelo corto que daba vueltas por la Plaza de la Cultura interpretando San Juanitos otavaleños por ese entonces ¡Eso llama la atención!

Hacia el 90, dejo los estudios, acabo la EGB por mi cuenta y se inicia mi periplo en la interpretación de instrumentos “étnicos-autóctonos” latinoamericanos como quenas, sikus, percusiones y me enamoro del charango. Así, un día le dije adiós a doña Blanca para recorrer el país con apenas 14 años.
Formé parte de grupos experimentales como Latitudes (1990) y Maquilizuat (1992) de Costa Rica y Encuentro (1993); este último formado por músicos de varios países latinoamericanos como Guatemala, El Salvador, Chile y Ecuador.
Hacia 1993, aparte de intentar obtener el Bachillerato por madurez y aprender mecánica con un gran hombre, tuve la oportunidad de formar parte de Proyección Andina, de la mano del maestro Alfredo Amaya. Tras esta experiencia, y sin acabar el bachillerato e iniciando los pre-universitarios de música en la UNA, me llaman de otros ensambles: Cuerdas y Maderas y el Grupo Folclórico Costarricense Tapantí. En esa misma época nace mi muchacho y de repente soy un niño criando otro niño... Seguro que a muchos les suena.

Viajo a Europa en 1998, y en Suiza, gracias a un arreglo un tanto “irregular” estudio técnicas de armonía, arreglo y composición en el ZHdK de Zürich, donde me gradúo en guitarra tocando el CHARANGO, interpretando la Suite Incaica para orquesta y grupo andino de Juan de Dios Aguirre Choquecumza. Esto junto al nicaragüense Gerson Vázquez (que me consiguió ese “arreglo” y mi plaza en el mencionado lugar) y con quien, además de la venezolana Adrianne Panier y el chileno Fernando Orellana, integro el Ensamble Nandayure que nos da de comer durante un tiempo. A pesar esa etapa reglada, mi escuela mayor han sido el tranvía, la calle y el escenario improvisado.

En Suiza nacieron mis primeras canciones, que no letras, pues recupero cosas anteriores con las que realizo esas composiciones. La influencia del jazz, blues, la vieja y la nueva trova o la canción testimonial, entre otras corrientes, siempre me han llevado por donde me he sentido cómodo. Mis canciones pueden tener un punto crítico, personalista o reivindicativo en algunos momentos, pero no por ello dejo de lado esa nota de sentimiento que a ratos tanto aburre. No soy de florituras, prosaico si se quiere y la sencillez que a ratos manifiesto no es sinónimo de vagancia.
Canto o le escribo a lo que me place en cada momento, voy a destiempo de todo y paso de las modas cantoras. Tanto puedo cantar a la tierra, como a mi desidia espiritual, o bien mezclar lo fantástico mientras me "paseo" en lo divino ante la realidad dura de estos días.
En fin, soy músico de a pie, de poca academia y mucho recorrido por la vida que solo un bohemio puede vivir y contar.

No sé si algún día grabaré mis cosas... Nunca ha sido mi idea, así que si las cosas son como bien me dijo un “menganillo” por ahí: “sin un disco grabado no eres nadie” pues soy un “Nadie” y ese es mi nombre fuera del carné de identidad, así que mi nombre es Nadie.

Mi nombre es Nadie

Popular tracks