Mi Dios Maravilloso, déjame abrazarme de Ti (SFC No. 7 Cap.1 en Dom)

Mi Santa Majestad, hoy te vengo a adorar (SFC No.59 en Mim, Popurrì SFC No. 31 Cap.4)

Te amo, porque me amaste Tú primero en la cruz del Calvario (SFC No.1 Cap.36 en La Menor)

“¡Mi Argentina!, ¡mi Argentina...! 
Este Amor que el Señor pone por las naciones... Así como en su momento era con Bolivia: “¡Mi Bolivia!, ¡mi Bolivia…!”; cuando levantaba la Obra, en los años anteriores. Yo lloraba por Bolivia, yo lloraba…: “¡Mi Bolivia!, ¡mi Bolivia…!”.
Y ahora, oramos y lloramos por tantas naciones. Amar su gente, amar sus calles, amar a aquellas personas que no saben lo que viene, ¡no saben!, ¡no saben lo que viene! Amar, amar, amar a Argentina..., amar a Argentina... 
Es esta la alabanza que ustedes ya la empiezan a escuchar. Y era en función de Argentina para que Argentina despierte.
Coro de voces
Talita cumi, 
Talita cumi,
Talita cumi, 
Talita cumi. 

Talita cumi, 
Talita cumi,
Talita cumi, 
Talita cumi. 

Talita cumi, 
Talita cumi,
Talita cumi, 
Talita cumi. 

Levántate, niña;
Levántate, amada;
Levántate, esposa;
Levántate, niña.

Tú estás ausente,
Sigues durmiendo;
Abre tus ojos,
Mi dulce niña.
Mi Argentina,
No llores más, mi esposa amada;
Tu tiempo ha llegado,
Tu pecado es perdonado.

Mi Argentina,
Mi esposa amada,
Despierta, mi niña,
Mi dulce amada.

Mi Argentina, 
Despiértate ahora, 
Mi Venida está muy cerca, 
Despiértate, mi niña. 

Mi Argentina, 
Mi iglesia amada, 
Mi pueblo santo, 
Mi pueblo amado. 

Mi Argentina,
Mi esposa amada,
Despiértate, niña, mi amor, mi ternura,
Mi esposa, mi amada, mi bien.

Coro de voces
Mi Argentina, 
Mi Argentina, 
Mi Argentina,
Mi Argentina. 

Mi Argentina, 
Mi Argentina, 
Mi Argentina,
Mi Argentina.

¡Escuchame Argentina! Tú que escuchas esta alabanza, ¡ha llegado tu tiempo! 
¡Escucha, mi Argentina!: ¡tu pecado es perdonado! 
¡Despiértate, niña!; ¡despiértate, amada…!
 ¡Levántate!, ¡levántate, dulce niña…!
 ¡Despierta!, ¡despierta, Argentina!, ¡el Señor está viniendo y tú no estás preparada! 
Abre, abre tus ojos, abre tus ojos, mi dulce niña.
Es el Señor Jesús que inspira esta canción para ti.

Mi Argentina, 
Mi Argentina, 
Mi Argentina,
Mi Argentina. 

Mi Argentina, 
Mi Argentina, 
Mi Argentina,
Mi Argentina.

Mi Argentina,
Mi esposa amada,
Despiértate, niña,
Mi dulce niña. 

Mi Dios Bendito,
Sana mi alma.
Aquí te espero,
Mi Esposo Amado.

Mi Cristo Amado,
Heme aquí que yo te espero.
Gracias por sanar mi alma
En la cruz del Calvario.

Mi corazón te anhela,
Mi Esposo Amado;
Ven pronto, yo te espero,
Mi Salvador.

Instrumental
Mi Argentina,
Mi esposa amada,
Tu desierto será un paraíso,
Tu sequedad será un huerto.

No llores más, mi Argentina;
Seca tus lágrimas, mi amor;
He aquí yo vengo pronto,
¡Prepárate!

Talita cumi,
Talita cumi,
Talita cumi,
                                               Talita cumi.

Talita cumi,
Talita cumi,
Talita cumi,
                                               Talita cumi.

Mi Argentina,
Despiértate ahora,
Mi Venida está muy cerca;
Despiértate, mi niña.





Mi Argentina (SFC #5 Cap #2 en Fa menor)

Carbón Encendido para Ti (SFC No.33 Cap.1 en Re Menor

Escucha esta Palabra llena de Amor
Esta Palabra para tu vida que está así
Con tanta prueba y tribulación
Es Jesús de Nazareth quien te quiere hoy hablar

En Él tú debes confiar
En la prueba y el dolor tú debes estar
Confiando en tu Señor en santidad
Recordando que Jesús es tu Señor

Es el Dueño de tu vida
Es el Dueño de tu alma
Y Él hoy quiere que confíes sólo en Él sólo en Él
Es lo que debes hacer en su Presencia en su Presencia

No hay dolor que te invada
No hay prueba que te aparte
De su Amor inefable
Nunca nunca lo olvides

Sólo en Él debes confiar por favor
En medio del dolor de la prueba y tribulación
Él es tu Refugio
Y en tu alma siempre siempre tú debes recordar

Que en Él sólo en Él debes confiar
En Él en Él debes confiar
Él es tu Dios tu Amado
Él te ha de salvar

No lo olvides no lo olvides que Él te restaurará
No te olvides no te olvides que Él pronto actuará
Y Él te salvará de las manos
De los malos que te oprimen

De aquellos que tienden el arco
Para disparar sus saetas
Porque ellos quieren ya destruirte arruinarte
Y en el suelo permanezcas no te levantes no te levantes
Mas tu Dios hoy ahora
Quiere hoy levantarte
Aunque venga el malo con sus saetas con su arco
A herirte por Facebook por todas las redes

Él hoy quiere bendecirte
En medio del dolor
En medio de la injusticia de la calumnia del sufrimiento
Él hoy quiere darte Vida Vida Eterno que lo conozcas

Nunca nunca te apartes de Él
Nunca nunca te apartes de su Amor
Que Él te protegerá de las saetas de los malos
Que con su arco tirarán para destruirte

Levántate ahora
Porque Él ama tu vida
Él quiere rescatarte de las saetas de fuego
Que los malos han tirado con su arco sobre tu vida

Nunca nunca escapes
De las saetas de los malos
Confía en el Señor que Él pronto vendrá
A luchar por tu vida por tu vida no lo olvides

Cómo decís a mi alma
Que escape al monte cual ave
Si yo tengo a mi Dios es mi Refugio es mi sustento
En medio del dolor de las saetas de los malos

Lairarara rarairara lararairara lararairara

El Señor está ahí
En su Santo Templo
En el Monte de Sion
Está mirando lo que hacen contra ti

El Señor tiene su Trono
En el cielo donde mira
Con sus ojos Él está examinando a los hijos
De todos los hombres no lo olvides

Él está mirando
A los malos que te asaetean
En lo oculto
Eso tú ya lo sabes
Sus ojos ven toda la tierra
Sus párpados examinan a los hijos de los hombres
El Señor prueba al justo no lo olvides
Es YO SOY EL QUE SOY tu Dios

Pero al malo y al que ama la violencia
Su alma los aborrece
Es Juez Justo sobre la tierra
Mía mía es la venganza

Es lo que dice el YO SOY EL QUE SOY
El que mira y examina los corazones
Prueba al justo mira al malo y al que ama la violencia
Que habla con sus labios y la escribe

Se acerca la gran tribulación
Se acaba la Gracia larai
La Gracia sobre la tierra 
Se está acabando

El Señor está dando oportunidad
A que los malos se arrepientan en verdad
Aquellos que asaetean en oculto
A los rectos de corazón



Los ojos del Señor ven toda la tierra, examinan a los hijos de los hombres (Sinfonia Celestial No.13 Cap.115 Subt.3 en Re menor con Popurrí SFC No.47)

Buck Ramble at the Picture Show is not just a soundtrack — it is a séance.
A record made of celluloid ghosts, dusty marquees, missing reels, and outlaw sincerity, assembled from the fragments of Ramble’s strangest cinematic years.

Recorded during the decade when the studios didn’t know what to do with him — when he was too serious for comedies, too haunted for hero roles, and too poetic for drive-in westerns — these tracks capture the moment where the legend broke away from the films and became something larger.

Each song on this album was originally written for a different Buck Ramble picture:

some released in compromised form,

some recut for television,

some never screened outside of a single town’s closing night,

and at least one (Hell at High Noon) that survives only as a burned-through print in a county archive.

The music is larger than the movies that held it.
Where the budget ran out, the voice kept going.

This album collects those performances as they were meant to be heard — stripped of studio edits, laugh tracks, narration overdubs, and all the compromises that once buried them. What remains is the sound of a man acting with absolute seriousness inside films that were often collapsing around him, singing to audiences that may never have existed… and meaning every word.

In these songs, we hear:

the romantic outlaw who stole trains just to make love last,

the weary investigator who hunted sins older than the badge itself,

the villain who watched the canyon burn and called it beautiful,

the sheriff in moccasins who treated a comedy like it was scripture.

If the movies couldn’t contain Buck Ramble, the songs did.

Buck Ramble at the Picture Show plays like a lost theater rediscovered in the woods —
one final reel still spinning in the dark,
projecting a man who never stopped believing
that every story — even the broken ones —
deserves a song worth dying for.

Los ojos del Señor ven toda la tierra, examinan a los hijos de los hombres (Sinfonia Celestial No.13 Cap.115 Subt.3 en Re menor con Popurrí SFC No.47)

Ricardo Claure Peñaloza

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