La referencia a todas las cosas, tiene que ver con todo aquello que Pablo acaba de mencionar en líneas anteriores y que a propósito las designa como “cosas” por la materialidad que implicaban en sí mismas, pues todo lo que describió era lo que en un momento de su vida le proporcionó confianza, lo que él mismo designó como confianza en la carne.

Todas aquellas cosas que pudieran darnos la confianza de tener cierta riqueza o ganancia como lo expresó Pablo en el versículo 7, son todas esas cosas que pudieran hacernos sentir que tenemos una fe verdadera y fortalecida, pero que en realidad vienen a representar un contraste respecto a lo que nos enriquece como hijos de Dios y esto implica tomar las decisiones correctas para estar en el lado correcto delante de Dios;

Marcos 10.- 23 Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas! 24 Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!...

La segunda vez que Yeshúa les habló a sus discípulos, fue para dejar en claro que el Señor nunca a estado en contra de las riquezas, sino que esta en contra de los que confían en las riquezas. Y el caso es que, al hablar de riquezas, debemos entenderlas no solo en el aspecto económico, sino precisamente como todo lo que representa una ganancia y como vemos, Pablo sin hablar de dinero, se refirió a todas las cosas que le daban cierto estatus religioso como “ganancia”.

De manera que cuando Pablo afirmó que todas aquellas cosas las estimó como pérdidas, nos hizo conocer la razón y esa razón fue …por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús…

La palabra “excelencia” que usó el apóstol Pablo, en este pasaje, en el griego es la palabra “ὑπερέχω juperéjo” y se traduce como “sobresalir, superior, superioridad, sobrepasar, superior. Y la palabra “conocimiento” es la palabra griega “νῶσις gnósis” y se traduce como “sabiduría, ciencia”.

De manera que cuando Pablo refirió que todas las cosas que le daban confianza en la carne las tuvo por pérdida, expresó que la supremacía del conocimiento del Salvador, es decir, que todo lo que nos lleve a conocer con revelación del Espíritu de Dios al Mesías, es muy superior a todo aquello que pudo haber acumulado en conocimiento de las propias escrituras y de parte de reconocidos maestros, pero sin el discernimiento que solo provee el Espíritu de Dios y en este proceso, Pablo nos proporcionó el elemento indispensable para poder llegar a ese entendimiento, el amor, pero no el amor que nosotros pudiéramos tener por el Señor, sino el amor que Yeshúa nos manifestó a  todos nosotros..

Filipenses 3 (3a. Parte) La justicia que es de Dios por la fe

El ministerio del apóstol Pablo fue ejercido con límites, esos límites fueron establecidos por Dios mismo y Pablo lo entendió, Cuando Pablo quiso ir a Asia, el Espíritu de Dios le dijo que no, cuando Pablo quiso convertir a sus hermanos del pueblo judío, el Señor le dijo que iría a los gentiles, a los extranjeros, Pablo pudiendo hablarle a los creyentes de tantas y tantas enseñanzas judías bajo el pretexto de que los gentiles entendieran mejor el evangelio como muchos dicen hoy, Pablo recibió un límite para ejercer su ministerio y lo respetó, llevar el Nombre del Mesías en presencia de gentiles y de reyes, ambos de los hijos de Israel.

Yeshúa mismo se limitó respecto a los discípulos que le seguían y un ejemplo que nos describe este límite que Yeshúa mismo se puso lo vemos con lo que pasó con el endemoniado gadareno que después de que Yeshúa lo sanó, este hombre estando en su juicio le dijo a Yeshúa que le quería seguir, pero la respuesta de Yeshúa fue que no, que mejor fuera y diera testimonio de lo que Dios había hecho con Él. Lo mismo con aquel escriba que le dijo que le quería seguir, Yeshúa le respondió advirtiéndoles que las zorras tienen guaridas, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar su cabeza.

En estos ejemplos, contrario a lo que hizo Yeshúa, hoy en día todas esas gentes que andan haciendo lo que no deberían y que, por supuesto no reconocen los límites en sus ministerios, sin pensarlo les dicen a las personas que si les sigan y andan llenos de orgullo haciendo alarde de cuántos seguidores tienen, igual que los fariseos hipócritas del tiempo de Yeshúa.

El principio que debemos aprender de Yeshúa en primera instancia y después de Pablo es que los límites en el ministerio son necesarios, porque cuanto más nos ocupemos en la profundidad de nuestro servicio, más efecto tendrá en su sustancia respecto a quienes esperan recibir el evangelio de Jesucristo…
 
…No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre…

Juan 5:30

Colosenses 1 (6a. Parte) Los límites en el ministerio

Hablando del ministerio que le fue encomendado al apóstol Pablo, es importante aclarar que, como lo afirmamos en el estudio anterior, todos y cada uno de los creyentes hemos recibido algún don departe de Dios con la correspondiente responsabilidad para ministrarlos a alguien conforme a la voluntad de Dios.

Sin embargo, es importante reconocer que en esa diversidad de dones que ha entregado Dios a sus hijos, a algunos el Señor ha llamado para ejercer un ministerio específico de enseñanza de las escrituras y ese llamado igualmente es algo sobrenatural que las personas deben saber identificar. Así es que, si alguna vez Dios te llama al ministerio, ten la confianza de que Él siempre estará contigo.

En nuestro estudio anterior hablamos del gozo al que se refirió el apóstol Pablo en el ejercicio de su ministerio y entendimos que una de las características que nos van a permitir recibir este gozo que es sobrenatural porque solo es entregado por Dios, solo será posible si tenemos la humildad que tuvo Pablo y en las escritura vemos ejemplos de este gran principio que aplicaron en sus vidas muchos que fueron llamados a ejercer un ministerio, por ejemplo Moisés, él desde el momento mismo en que recibió la instrucción de Dios para liberar a Israel de la esclavitud, su respuesta fue en el sentido de que él no tenía la capacidad para cumplir con ese servicio, sin embargo, Dios le aseguró que independientemente de sus debilidades, el propósito de Dios se manifestaría con poder.

Colosenses 1 (7a. Parte) El misterio del Mesías en nosotros

La propia escritura nos enseña que la única manera en que podemos ser completos, llenos, satisfechos en Yeshúa, es a través de la sabiduría que viene de arriba, que es precisamente la doctrina de Yeshúa;

2 Juan 1.- 7 Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. 8 Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. 9 Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo…

El hombre perdió su condición de plenitud, de perfección cuando pecó y después fue expulsado del paraíso con Eva, así es que el estar completos es parte de la restauración de todas las cosas y nosotros somos parte sustancial de esta restauración y por ello es necesario que comprendamos que solo en Él, en Yeshúa alcanzamos esta restauración que solo es el inicio hacia la vida eterna y en consecuencia la restauración total hasta que seamos transformados.

No necesitamos de la sabiduría de los rabinos judíos para estar completos, perfectos espiritualmente, no necesitamos vivir bajo rudimentos establecidos por el mundo que provienen de las filosofías de los hombres para ser completos, solo necesitamos de Yeshúa, su enseñanza, su doctrina.

Solo en el Hijo de Dios estamos completos y Pablo complementa esta afirmación al decir que somos completos en Él que es la cabeza de todo principado y potestad, la cabeza de todos los seres espirituales, de todos los seres angelicales identificados como principados y potestades.

Todo creyente fiel ha sido completado en Yeshúa con una perspectiva eterna;

Al hombre incrédulo, la filosofía le seduce la mente porque apela al orgullo de sus manos…

El hombre creyente es completo, perfecto por cuanto que reconoce la autoridad de Dios y atiende al Espíritu Santo que lo perfecciona para obedecer. Su plenitud está en la verdad que solo proviene de Dios…

Colosenses 2 (2a. Parte) Arraigados y sobreedificados en Yeshúa

Dios una vez más estaba estableciendo la estrategia de guerra que debía implementar Gedeón y como ya lo había hecho antes, la instrucción que le dio a Gedeón tenía el propósito de demostrar a Israel que Dios pelearía por su pueblo, aunque por supuesto que esta instrucción en su momento debió causarle mucha sorpresa a Gedeón al haber oído que su ejército era demasiado numeroso, pues contaba con 32,000 combatientes en comparación con los 135,000 soldados con que contaba el ejército madianita.

El propósito del Señor fue que no quedara duda alguna en el pueblo de que lo que estaba a punto de suceder para que Israel fuera liberado de la opresión, sería una obra divina y no el resultado de la obra de los israelitas.

Una de las enseñanzas en este capítulo es que no importa cuan grande sean los obstáculos o las aflicciones, si Dios esta con nosotros no habrá nada ni nadie que se oponga a que Dios nos libere, nos proteja, nos bendiga...

Jueces 7 ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!

era necesario que en nuestros espíritus pudiéramos tener la conciencia de lo alejados que estábamos del Señor y de su santidad y de todo lo bueno que Él representa para darnos cuenta de que estábamos muertos en vida, en una condición similar a la de aquellos leprosos que era posible ver inclusos los huesos de sus rostros y su piel cayéndose a pedazos, así nos vimos cuando fuimos consientes de la santidad de aquel que murió por nosotros… ¿Cómo no amarlo a Él, cómo no amar su ley?

Porque haber tenido la posibilidad de vernos en esa condición de inmundicia en nuestras vidas, fue lo que nos dio la oportunidad de cambiar, porque ahora sabemos que queremos una vida mejor y si verdaderamente amamos a aquel que nos ha dado vida juntamente con él en su resurrección, es tiempo de manifestarlo en nuestras propias vidas, ¿Cómo hacerlo? Yeshúa mismo lo dijo;

Juan 14.- 15 Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros…

¿Acaso no contamos con suficiente evidencia escritural para confirmar que ni Yeshúa ni el apóstol Pablo desecharon el cumplimiento de la ley? Todo lo contrario, las cartas de Pablo fueron dirigidas a personas que verdaderamente querían agradar a Dios y aprender a creer, es decir, aprender a ser fieles al Señor.


Colosenses 2 (4a. Parte) Nuestra sentencia clavada en la cruz

El apóstol Pablo nos exhorta a poner nuestra mira, enfocar nuestra mente en las cosas celestiales por encima de las cosas materiales, por supuesto que es necesario que mientras estemos en este mundo, nos ocupemos responsablemente de atender los compromisos que tienen que ver con aspectos materiales de nuestras vidas, sin embargo, el mensaje de Pablo es para que todas esas responsabilidades materiales no nos desvíen del propósito más importante de nuestras vidas, nuestra vida en el reino, la vida eterna…

Colosenses 3 (1a. Parte) Nuestra vida escondida en el Mesías

La manera en que podemos crecer espiritualmente es siempre buscar a Dios y a sus mandamientos en cualquier circunstancia de la vida en la que nos encontremos para que su carácter sea revelado en poder, para que su sabiduría sea provista en nuestras vidas y de esta manera el conocimiento de su Palabra cada vez nos haga actuar como él lo haría, de modo que cada vez que lo hagamos así, podamos estar seguros de que esa es la adoración que recibe el Señor y entonces podremos estar seguros de que somos uno de esos adoradores en espíritu y en verdad que el Señor busca de entre las naciones de la tierra…

Colosenses 3 (4a. Parte) El amor, el vínculo de la verdadera adoración

Colosenses 4.- 4 para que lo manifieste como debo hablar…

Es impresionante el temor con que Pablo escribe estas líneas, un temor reverente, pues manifiesta su gran respeto por comunicar al mundo solo aquello de lo que debe hablar que es para lo cual fue llamado por Yeshúa y de esto deberíamos aprender todos los que se nos ha permitido este gran honor. Pablo es este versículo 4 esta reconociendo públicamente la autoridad de su amo; así es que Pablo pide a los creyentes que oren por algo más importante que es, el honor de hablar la Palabra de Dios, Pablo pide las oraciones de los santos para que él pueda hablar como debe hacerlo, es decir, como su amo quisiera que él hablara.

¿Estamos dispuestos a hablar la Palabra de Dios para hacer lo espera nuestro amo y Señor? Si es así, que las oraciones de los santos sean olor grato delante del altar del Señor, para que todo ministerio puesto por el Señor, sea bendecido por el Amo y Señor de todos sus siervos…

Colosenses 4 (1a. Parte) Que toda autoridad ore, velando

sta carta a los tesalonicenses nos enseña que no importa cuanta oposición pudiera haber por causa de seguir a Yeshúa, pues al adquirir esta nueva forma de vivir, es claro que iremos en contra de costumbres y culturas que antes gobernaban nuestras vidas, sin embargo, a pesar de toda la oposición que nos encontremos, nuestra respuesta siempre debe ser con amor y generosidad, justo por la esperanza que albergamos en nuestros corazones, estar en el reino venidero de nuestro Mesías, un reino que ha comenzado a manifestarse entre nosotros desde la resurrección de nuestro Señor…

1 Tesalonicenses Introducción

Si nosotros vivimos una fe verdadera podemos estar seguros de que ejerceremos un impacto sobre las otras personas, pero lo más importante para nosotros es que la verdad de nuestra fe nos librará de la ira de Dios, porque la ira venidera no estará preparada para los hijos de Dios, sino estará preparada para los no creyentes, para todos aquellos que tuvieron conocimiento del evangelio con toda oportunidad, pero que lo rechazaron.

Así es que el anhelo de nosotros debe consistir en el hecho de que lo que hagamos, lo que hablemos, tenga un efecto en la vida de muchas personas, pues de la misma manera en que fue el corazón del Señor, así debe se nuestro corazón, en el anhelo de que nadie se pierda, sino que todos vengan a la salvación eterna…

Filipenses 3 (3a. Parte) La justicia que es de Dios por la fe

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