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Escena I - El niño en el andén 

Tras el marchitar de un crisantemo yace el cuerpo de un niño. Sus mejillas son de hielo y sus ojos permanecen dormidos. Todos los gigantes seres impenetrables del reino sollozan en las sombras tras ver su silueta desplegarse hacia los sueños. 
  –¡El Niño del andén se ha ido! -se oyen todas las voces del pueblo susurrando palabras a oscuras. ¡Se ha ido!- con desazón-.
  - ¡Tápenlo y llévenlo con los otros. Aquí no hay más lugar! -entre gotas- ¡Cuando regrese el alba ya lo habremos dejado dormir en paz!.
 Su cuerpo pronto dejó de tiritar. Y su boca comenzó a colgar de las nubes. Algunas aldeanas mantenían su mirada hacia el niño de gigantes ojos apagados y balbuceaban una canción de cuna para el adiós.  
 -¡Cubran sus pobres manos, sus marrones manos! 
   De pronto el viento que parecía inmóvil pronunció una vieja voz que gritaba desgarradamente desde el fondo de un callejón. 
 -¡Oh Dios me diste la lluvia y yo sólo pedía un techo!
 Los gigantes paralizados observaban el río, observaban al pueblo. Nadie. Cruzaban miradas al intentar descubrir de quién era esa voz. Miraban al niño. Pero su cuerpo ya había tomado el color de la luna. -Luego la misma voz continuó gritando con un hondo eco- 
- Oh muerte desalmada, llegas cuando ya empezaba a soñar -y con un susurro silencioso terminó -¡Oh cielo, no me dejes sin manos, sin mariposas!
 De pronto el tiempo se detuvo. El silencio profundo que existía en el aire desplegó un pequeño polvo marrón en forma de brisa. El pueblo entero estaba cubierto de brillantina oscura que viajaba hacia las constelaciones. La luna abierta de brazos iluminaba los pies descalzos del niño indefenso y las mujeres rodeaban su cuerpo entre sábanas de estrellas plateadas. Del cielo cayó un extraño rocío que cegó al pueblo para siempre. Sonaron los truenos más espeluznantes que alguien haya oído jamás y entonces las puertas se abrieron.

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Artistas que participaron de la música:

Dirección, composición y arreglos: Tomás Amado Cattáneo
Piano: Lucía Lagos
Guitarra: Tomás Amado Cattáneo
Flauta traversa: Alejandro Santos
Clarinete: Uriel Kauffman
Saxo tenor: Alejandro Santos
Bandoneón: Lucía Lagos
Bombo legüero: Tomás Amado Cattáneo
Batería: José Fernandez Madero
Violonchelo: Marcos Sánchez
Contrabajo: Nicolas Kerr
Arpas sintetizadas: Santiago Bertoni

Artistas que participaron de la imágen:

Dirección: Gerónimo Lagos Agüero y Tomás Amado Cattaneo
Pintura: Melisa Calabria
Visuales: Jo Eigentlich Paul

Técnicos que participaron del sonido:

Técnico en grabación: Nacho Maquieira, exceptuando el piano que fue grabado en Estudios Libres.
Ingeniero en sonido: Manuel Arenillas
Mezcla: Nacho Maquieira y Tomás Amado Cattáneo
Masterización: Daniel Osorio en Estudio El Ángel

Escena I - El niño en el andén

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Escena II - Garúa

Su cuerpo completamente cristalizado caía lentamente hacia un túnel sombrío que no tenía final. Rayos de fuego corrían alrededor de sus brazos. El tiempo era tan lento que se veían partículas de aire flotando acompañando su caída. Ligeramente pudo percatarse de lo que había al final: Un enorme espejo blanco que lo reflejaba. Copiaba sus piernas, copiaba su cuerpo descendiendo. Este objeto era inalcanzable a sus ojos.  
De pronto, una tupida mano larga que provenía del fondo del espejo sujetó su cuello con ímpetu y tironeó de su tronco hacia abajo. Esta era una criatura de brillantes ojos negros y piel casi transparente. Toda su nariz estaba empolvada de azúcar y sus orejas olían a vainilla. Sus piernas eran sumamente largas al igual que todo su contorno. Su cuerpo era tan ínfimamente delgado que el niño podía ver dentro de él todo lo que quisiera y todo aquello que este ser ocultaba. Así fue entonces como se conocieron. Viajaban juntos hacia las calles donde juegan los niños. Ambos llevaban una sonrisa única en su especie. Una amistad que sólo se encuentra mirando un espejo con cariño. Descendieron hasta que el tiempo dejó de detenerse. Entonces la criatura miró sus ojos, tomó de sus brazos y caminaron juntos hacia el reluciente espejo.                                       

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Artistas que participaron en la música:

Dirección, Composición y Arreglos: Tomás Amado Cattáneo
Piano: Lucía Lagos
Flauta baja: Aleandro Santos
Caja musical: Santiago Bertoni

Artistas que participaron en las letras

Cuentista: Lucía Lagos

Artistas que participaron de la imágen:

Dirección: Gerónimo Lagos Agüero y Tomás Amado Cattáneo
Pintura: Gerónimo Lagos Agüero
Visuales: Jo Eigentlich Paul y Sol Irrazabal

Artistas que participaron en el sonido:

Grabación: El piano fue grabado en Estudios Libres, y la flauta baja por Nacho Maquieira.
Mezcla: Nacho Maquieira y Tomás Amado Cattáneo
Masterización: Daniel Osorio en Estudio El Ángel

Escena II - Garúa

Escena III - Recuerdos de una infancia

Este espíritu fino pronunció las palabras mágicas y así juntos entraron al nuevo mundo. O mejor dicho…regresaron.  Regresaron de un soplo a un jardín de pastos inmensamente crecidos. Un sol quemante fulminaba la mirada de estos amigos. La criatura cortaba helechos y musgos para poder indicar un camino tan pronto como se pudiera. Permanecieron años, incluso siglos de mucho cansancio y caminatas hasta toparse con una raíz de cabellera cobriza que indicaba un sendero. Sucumbió un escalofriante suspiro tras los hombros de ambos. Una música que penetraba hasta las entrañas provenía de una expectante figura enteramente roja que los estaba esperando. Su mirada traspasó los ojos del muchacho que ya no era un simple muchacho. Esta musa balbuceaba palabras en idiomas extraños y mientras sacaba de su larga cabellera una llave de increíble dureza, la cual le entregó al niño. Esa tarde vieron cosas maravillosas, ella mostró cielos diferentes de muchos colores. Bajó de ellos un rojo perfume que aclimataba una infancia repleta de manteles blancos y sábanas limpias. Juntos abrazaron al tiempo que los unía en los instantes. Nadie dijo nada sobre la llave. Se estaban despidiendo, amando cada instante como si fuera único, cuando de pronto las nubes comenzaron a irse.

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- Artistas que participaron en la música:

Dirección, composición y arreglos: Tomás Amado Cattáneo
Clarinete: Uriel Kauffman
Guitarra: Tomás Amado Cattáneo
Teclado: Javi Anitua
Cuatro venezolano: Tomás Amado Cattáneo
Saxo tenor 1: Alejandro Santos
Saxo tenor II: Pedro Mercau
Batería: Jose Madero
Bajo fretless: Tomás Amado Cattaneo
Guitarra eléctrica: Nacho Maquieira
Flauta traversa: Alejandro Santos
Cuatro: Tomás Amado Cattáneo
Bandoneón: Lucía Lagos
Violín: Oscar Peñaloza
Viola: Matías Aramayo
Violonchelo: Marcos Sánchez
Contrabajo: Nicolas Kerr
Arpa: Tomás Amado Cattáneo

- Artistas que participaron en las letras:

Cuentista: Lucía Lagos

- Artistas que participaron en la imágen:

Dirección: Gerónimo Lagos Agüero y Tomás Amado Cattáneo
Pintura: Loli Bosch
Visuales: Sol Irrazabal

- Técnicos que participaron del sonido:

Técnico en grabación: Nacho Maquieira, y la batería con ayuda de Manuel Arenillas.
Mezcla: Nacho Maquieira y Tomás Amado Cattáneo
Masterización: Daniel Osorio en Estudio El Ángel

Escena III - Recuerdos de una infancia

Escena IV - Le cirque

El cabello de la celestial mujer se dividió rápidamente en dos costados. Cada costado era tironeado con una fuerza indescriptible hacia los bosques. Su cabellera tan larga parecía ser demoníacamente controlada por unas narices rojas que estaban ocultas tras los arbustos. 
-  Corran!, corran!... ellos ya están aquí… corran! -la mujer sollozaba y pedía por ayuda gritando sin cesar. 
La criatura amiga protegía al niño para que este no pudiera ver. Pero era inevitable. Rápidamente cuatro payasos de una mirada poseída y risueña saltaron de los árboles danzando alrededor de ellos. Danzaban y reían. Dos de ellos sostenían uno de cada lado la cabellera de la mujer y la colgaban de una gigante rama larga. Los otros dos encendían una fogata tan alta que llegaba a quemar los pies de la angelada. La criatura y el niño gritaban, pedían clemencia. Pedían ayuda. 
-Es que este mundo es tan pobre. Tan morbosamente atractivo, niño. Vete ya. Y olvídate de ella. Nada puede servirte del amor. Mutilaremos su chispa. Ya verás- decían los juglares.  
 Entonces la mujer cerró sus ojos abruptamente y no hubo nada que hacer. Los bufones corrieron hasta desaparecer por completo entre las hierbas.

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- Artistas que participaron en la música:

Composición, Dirección y Arreglos: Tomás Amado Cattaneo

1º movimiento - Persecución de una sombra (0.00 - 0.55)
Sintetizadores: Tomás Amado Cattáneo

2º movimiento - Le cirque (0.55 - 2.26)
Bandoneón: Lucía Lagos
Violín: Oscar Peñaloza
Flauta traversa: Alejandro Santos
Saxo tenor: Alejandro Santos
Percusión (termo, bidón de agua, bombo legüero, platos, maracas) : Tomás Amado Cattaneo
Contrabajo: Nicolas Kerr

3º movimiento - La despedida (2.26 - 3.37)
Teclado: Tomás Amado Cattáneo

- Artistas que participaron desde la pintura:

Lucía Testa y Lucía Lagos

(Para cada movimiento hay una pintura diferente, para poder apreciar mas la obra, pueden acercarse a la página de Facebook, www.facebook.com/the.sister.of.the.dream, donde podrán ver las pinturas que se hicieron para cada movimiento, y ver el trabajo de animación que hicimos sobre esas pinturas. Sino pueden acercarse a través de mi canal de youtube, Tomás Amado Cattáneo.

- Artistas que participaron en la imágen:
Dirección: Gerónimo Lagos Agüero y Tomás Amado Cattáneo
Visuales: Sol Irrazabal, y Jo Eigentlich Paul (en el primer movimiento)

- Artistas que participaron en las letras:

Cuentista: Lucía Lagos

- Técnicos que participaron en el sonido:

Técnico en grabación: Nacho Maquieira
Mezcla: Nacho Maquieira y Tomás Amado Cattáneo
Masterización: Daniel Osorio en Estudio El Ángel

Escena IV - Le cirque

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Escena V - El jardín de las cruces

El cielo se había teñido de color gris. El desdichado niño sentía nuevamente la pérdida aun estando ya perdido por completo. La criatura amigable abrazaba el cuerpo del niño y lo obligaba a observar la tierra en la que florecían crisantemos por doquier. Eran inmensos y de colores muy variados. Nacían cada vez que un ser se despedía y morían al derramarse lágrimas de niños. 
Entre estas flores se encontraba una pequeña de color fosforescente. Era la única que no había marchitado. La flor comenzó a deslizarse hacia arriba. De entre sus pétalos se abrió un círculo que emanó un fuerte antídoto espeso en el aire. Al respirarlo, ambos fueron conducidos hacia una capilla antigua de porcelana blanca. Dentro de ella estaban clavadas millares de cruces de maderas viejas y mordidas. Eran tumbas de niños.          
 Entonces apareció la muerte. Ella observaba desde un ventanal la hora del juicio final.
- Los estaba esperando hace tiempo -dijo sonriente. El niño pasmado intentaba hablar pero no podía. -La dueña de las almas vivas continuaba -Tu valiente y cobriza madre. ¡Ya nada puedes hacer por ella!. Excepto que busques sus partículas dentro de aquél cofre -Y prosiguió-  Si no la encuentras… entonces caerás para siempre en la desdicha de morir sin identidad, sin lazos, despojado de todo vientre y preparado para sangrar sin piedad entre los muertos. 

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- Artistas que participaron en la música:

Dirección, composición y arreglos: Tomás Amado Cattáneo
Voz tenor: Tomás Amado Cattáneo
Voz soprano: Lucía Lagos
Charango: Tomás Amado Cattáneo
Flauta traversa: Alejandro Santos
Flauta Baja: Alejandro Santos
Bandoneón: Lucía Lagos
Sintetiadores: Tomás Amado Cattáneo y Santiago Bertoni
Violín: Oscar Peñaloza
Viola: Matías Aramayo
Violonchelo: Marcos Sánchez
Contrabajo: Nicolas Kerr
Teclado, secuencias de ruidos: Tomás Amado Cattáneo
Batería: José Fernendez Madero
Bombo legüero: Tomás Amado Cattaneo
Saxo tenor: Alejandro Santos

- Artistas que participaron en las letras:

Cuentista: Lucía Lagos

- Artistas que participaron en la imágen:

Dirección: Gerónimo Lagos Agüero y Tomás Amado Cattáneo
Pintura: Leles Fernández Díaz
Visuales: Sol Irrazabal

- Técnicos que participaron en el sonido:

Técnicos en grabación: Nacho Maquieira, Tomás Amado Cattáneo, y la batería con ayuda de Manuel Arenillas.
Mezcla: Nacho Maquieira y Tomás Amado Cattáneo
Masterización: Daniel Osorio en Estudio El Ángel

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- Artistas que participaron en la música:

Dirección, composición y arreglos: Tomás Amado Cattáneo
Voz tenor: Tomás Amado Cattáneo
Voz soprano: Lucía Lagos
Charango: Tomás Amado Cattáneo
Flauta traversa: Alejandro Santos
Flauta Baja: Alejandro Santos
Bandoneón: Lucía Lagos
Sintetiadores: Tomás Amado Cattáneo y Santiago Bertoni
Violín: Oscar Peñaloza
Viola: Matías Aramayo
Violonchelo: Marcos Sánchez
Contrabajo: Nicolas Kerr
Teclado, secuencias de ruidos: Tomás Amado Cattáneo
Batería: José Fernendez Madero
Bombo legüero: Tomás Amado Cattáneo
Saxo tenor: Alejandro Santos

- Artistas que participaron en las letras:

Cuentista: Lucía Lagos

- Artistas que participaron en la imágen:

Dirección: Gerónimo Lagos Agüero y Tomás Amado Cattáneo
Pintura: Leles Fernández Díaz
Visuales: Sol Irrazabal

- Técnicos que participaron en el sonido:

Técnicos en grabación: Nacho Maquieira, Tomás Amado Cattáneo, y la batería con ayuda de Manuel Arenillas.
Mezcla: Nacho Maquieira y Tomás Amado Cattáneo
Masterización: Daniel Osorio en Estudio El Ángel

Escena V - El jardín de las cruces

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A la espera de la oscuridad - Escena VI

Cuando culminó esa frase, un viento recorrió las vísceras de todos los presentes. La muerte silbaba una melodía tan oscura como profunda y miraba a los desdichados correr hacia los negros senderos… 
 Allí estaban ellos. Tiritaban de frío y avanzaban hacia lo profundo del camino. Debían encontrar el cofre y con él, la única posibilidad de volver a sentir el hogar perdido. La leyenda cobraba vida mientras los intrépidos cruzaban un puente repleto de vagabundos y fantasmas de extrañas caras. Tenían sus bocas completamente estiradas hacia abajo en forma de óvalos y maldecían a los viajantes…
  -¡Pudre tu alma antes que sea demasiado tarde. ¡Acaba con ella de una buena vez!-muchos otros aullaban a una luna escondida y perversa pidiendo que las sombras cayeran pronto, sin suspiros-  ¡Dulce oscuridad muchacho. Dulce vuelta a casa!
 La criatura amigable se iba desgastando a lo largo del viaje. Ella era inmortal en su reino de espejos, pero no en el reino de los vivos. Era la fuerza del niño, su espíritu encomendado a acompañarlo y existir para que este ya no se rindiera. Juntos habían llegado hasta aquí, pero ya comenzaban a despedirse. Este espíritu entrañable ya no podía continuar. Miles de espectros hablaban en sus oídos quitándole vida poco a poco. 
 (…)El niño intentó cargarla en sus hombros tanto tiempo como pudo, hasta que sus piernas tropezaron hacia el piso. Entre gritos de siniestros hombres y mariposas negras que movían sus cuerpos como moscas, los amigos se dejaron ir. Una bandada de murciélagos irrumpió entre ambos y estos tuvieron que conformarse con recordar su último abrazo. El sendero se había dividido extrañamente y la criatura amigable debilitada había quedado del otro lado.

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- Artistas que participaron en la música:

Piano: Alejandro D`Lucca
Flauta traversa: Alejandro Santos
Sintetizadores: Tomás Amado Cattáneo y Fabricio Bordolini
Saxo tenor: Alejandro Santos
Guitarra: Tomás Amado Cattáneo
Contrabajo: Leonardo Valle Figueroa
Bandoneón: Lucía Lagos
Batería: Fede Bassi
Bajo: Tomás Amado Cattáneo
Guitarra eléctrica: Nacho Maquieira

- Artistas que participaron en las letras:

Cuentista: Lucía Lagos

- Artistas que participaron  en la imágen:

Dirección: Gerónimo Lagos Agüero y Tomás Amado Cattáneo
Ilustración: Lucía Lagos
Visuales: Sol Irrazabal

- Técnicos que participaron en el sonido:

Técnicos en grabación: Nacho Maquieira, Tomás Amado Cattáneo, y la batería con ayuda de Manuel Arenillas.
Mezcla: Nacho Maquieira y Tomás Amado Cattáneo
Masterización: Daniel Osorio en Estudio El Ángel

Escena VI - A la espera de la oscuridad

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La hermana del sueño - Escena VII

Una extraña familiaridad se apoderó de los huesos del muchacho. Desbastado tras viajar años, ansiaba una cama serena y eterna dónde dormir. Olía el tiempo interminable y la sed de volver a renacer. El antiguo sendero comenzó a esclarecerse y pudo ver la luz. Unos extraños sonidos daban la sutil prueba de que unos pies lo estaban siguiendo.
 Él continuaba caminando escuchando unos pequeños dedos celestiales que demolían toda vejez. De pronto todo era perfecto y sereno. Acallado. En un profundo silencio infinito. Caminaban ambos sin verse a los ojos, pero sabiendo que caminaban para verse a los ojos. El cansancio pronto lo hizo detenerse. Ya no tenía aliento para seguir, ni manos para pararse, ni piernas para hacer equilibrio. Todo indicaba que ya era tarde. 
Arrastrándose lentamente hacia la luz encontró una fuente de agua dulce, la bebió. Al verse vio su pobre rostro, su mísera piel, sus labios heridos y sin lenguaje. Palabras mudas, palabras secas.
 Entonces una mano sedienta como el apareció por detrás y tocó sus hombros. Se acercó a ver el reflejo en donde ambos se veían y lo miraba, miraba su piel carcomida y sus ojos sin pupila. Lo olía y jugaba con sus orejas. El agua que los reflejaba parecía eterna. Sus rostros se veían igual de infantiles, igual de inquietos. Esta niña de pies descalzos y silencios venía de la muerte y jugaba con ella. Desplegaba rayos dorados hacia los cielos y abría luces en las pupilas del niño.  
Por las noches contaban leyendas y regresaban a la fuente para ver sus caras reflejadas en las estrellas. Suspiraban al verse tan cerca de ellas. Se habían encontrado, como nadie en el mundo. 
Un día tras no salir el sol durante años, la arena comenzó a crecer a su alrededor. La calidez del clima calentó sus almas. La niña de rizos dorados colocó entonces una cajita de música para que pudieran soñar. Sus almas por fin podían ser liberadas y extendidas para despegar. Sus ojos por fin podían necesitarse y sus manos por fin podían fundirse sobre almohadas de luna. 
El niño introdujo la ínfima llave y ambos esperaron el juicio.

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- Artistas que participaron en la música:

Composición, Dirección y Arreglos: Tomás Amado Cattáneo

Flauta traversa: Alejandro Santos
Guitarra: Tomás Amado Cattáneo
Contrabajo: Nicolas Kerr
Teclado: Tomás Amado Cattáneo
Violín: Oscar Peñaloza
Viola: Matías Aramayo
Violonchelo: Marcos Sánchez
Bandoneón: Lucía Lagos
Clarinete: Uriel Kauffman
Piano: Lucía Lagos
Saxo tenor: Alejandro Santos

- Artistas que participaron en las letras:

Cuentista: Lucía Lagos

- Artistas que participaron  en la imágen:

Dirección: Gerónimo Lagos Agüero
Ilustración: Federico Ruvituso
Visuales: Sol Irrazabal

- Técnicos que participaron en el sonido:

Técnicos en grabación: Nacho Maquieira, Tomás Amado Cattáneo, y la batería con ayuda de Manuel Arenillas.
Mezcla: Nacho Maquieira y Tomás Amado Cattáneo
Masterización: Daniel Osorio en Estudio El Ángel

Escena VII - La hermana del sueño

La hermana del sueño es un cuento que narra el viaje que emprende un niño hacia la búsqueda de su propia existencia. En ella conoce la amistad, el amor y la pérdida que pueden provocar el estar perdido y sin hogar.

Tomás Amado Cattáneo

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