Los misterios de la piel
Se viven con intensidad
Entre vinilo y satén
En mi paraíso artificial.

Sátiros ocultos en la cama
Y ninfas de mirada glacial
Vibran hasta la agonía
En mi paraíso artificial.

Estribillo:
   Toda fachada simula ocultar
   Tras el engaño no existe verdad
   No hay verdad
   Ninguna verdad.

Aquí el placer tiene un templo
Lo absurdo es esencial
También es profundo el tormento
En mi paraíso artificial.

Estribillo:
   Toda fachada simula ocultar
   Tras el engaño no existe verdad
   No hay verdad
   Ninguna verdad.

***************************************************

“Quería soñar un mundo: quería soñarlo con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad”.

   Borges, Las ruinas circulares (Ficciones).

“La naturaleza ama esconderse”.

   Heráclito

“Para un guerrero del conocimiento, que está siempre luchando con feas verdades, la creencia de que ´no existe en absoluto una verdad´ es un gran baño y desperezamiento. – El nihilismo es ´nuestra´ forma de ociosidad..."

   Nietzsche, fragmentos póstumos (1888).


El título remite inevitablemente a “Los paraísos artificiales” de Baudelaire, pero la canción no habla sobre droga alguna, sino sobre la superioridad del arte, del acto de crear, por sobre la mera búsqueda o contemplación de aquello ya existente, ideas que han sido leídas y meditadas largamente en los póstumos de Nietzsche (“El nihilismo europeo”, de Biblioteca Nueva). Unas muestras: 

“Que no hay ninguna verdad; que no hay ninguna naturaleza absoluta de las cosas, ninguna ´cosa en sí´ …”

“La creencia de que el mundo que debería ser ´es´, existe realmente, es una creencia de los estériles q u e   n o   q u i e r e n   c r e a r   u n   m u n d o   tal y como debe ser. Lo suponen existente, buscan los medios y los caminos para llegar hasta él. – ´Voluntad de verdad´ –  i m p o t e n c i a   d e   l a   v o l u n t a d   d e   c r e a r .”

   El estribillo se le ocurrió a Maldini mientras se duchaba (escribe sus mejores versos así, sin lapicera, mientras hace otra cosa), y en el acto le recordó a la primera estrofa de un poema de Pessoa, citado por Marcelo Percia en una clase a la que asistió, unos dos años antes:

Autopsicografía

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
Que hasta finge que es dolor
El dolor que de veras siente.


* Grabada en julio de 2012 en Las Tierras Saladas, con grabaciones adicionales en mayo de 2013 en el principado de Kosovo.

Música: Maldini. Letra: Maldini / Deschamps.

Mi paraíso artificial

“Camus advierte que ninguna obra humana tiene porvenir. Cada mañana levantamos entusiasmados una ruina futura. Tras la creación viene la destrucción. La destrucción no como malicia del tiempo, sino como irremediable soledad del deseo. Lo absurdo habita en todo obrar humano. El cuento de la trascendencia causa risa. El ideal de realización personal sigue siendo la pirámide de Keops.” 

Marcelo Percia, Lo absurdo como felicidad posible. 
Texto completo: http://www.mediafire.com/?8azzexdox2cwq6d


******************************************
Música compuesta y grabada por Octavio Maldini.

La irremediable soledad del deseo

Nada tiene sentido
Nada merece preocupación
“Nos lanzamos a lo prohibido”
Es el lema de su elección.

Tentadores de la suerte
Devotos de la tentación
Viven entre ternuras
Y arrebatos de pasión.

   Su vanidad 
   De joven depravado
   Es sólo otro encanto 
   Que maneja a su antojo.

   Puede estar hastiado
   Puede que esté enfermo
   Pero siempre sonreirá
   En la cama con su amada.

Lo puro y acabado
No merece su atención
Buscan la fisura
Donde la luz hace su aparición.

El abandono de los sentidos
El afán de brutalidad
Un delicioso extravío
Es lo que quieren suscitar.

   Con la ligereza 
   De las mujeres despreciadas
   Y la elegancia 
   De aquellas admiradas.

   Su locura infantil 
   A la vista de las llamas
   En la estufa
   Tras un rapto de placer.

******************************************
Música y letra: Octavio Maldini.

El don de los extraviados

A veces, la música que acontece en mi presencia parece alojar una sensibilidad desmesurada.

******************************************
Música compuesta y grabada por Octavio Maldini.

La vida en demasía

Música compuesta y grabada por Octavio Maldini.

La existencia abierta (epílogo)

   "A retener: el típico hombre religioso – ¿es una forma de ´décadence´?
   Los grandes innovadores son todos sin excepción enfermizos y epilépticos.
   : pero ¿no pasamos aquí por alto un tipo del hombre religioso, el ´pagano´? ¿No es el culto pagano una forma de agradecimiento y afirmación de la vida? ¿No debería ser su más elevado representante una apología y divinización de la vida? 
   Tipo de un espíritu de constitución plena y arrebatadoramente desbordante…
   Tipo de quien asume en sí los aspectos contradictorios y problemáticos de la existencia y tipo que los redime.
   - Acá pongo el Diónisos de los griegos:
   la afirmación de la vida, de toda la vida, ni negada ni biseccionada
   típico: que el acto sexual despierte profundidad, misterio, veneración."

Nietzsche, fragmentos póstumos (1888). 

* Música compuesta y grabada por Octavio Maldini entre el 22 y 24 de julio de 2012 en Las Tierras Saladas. 

Los misterios de la piel

Música compuesta por Octavio Maldini. Adaptación al piano de "Una intensidad alada". Piano: M. D.

*******************************

"Escucho ´Nuestra fogosa inconformidad´ como relato sobre el deseo. Una intensidad que puede faltar o secarse. Una intensidad que no se llena ni se satisface. Una intensidad que vive en el vacío. También, como relato sobre lo que no se puede explicar. O sobre la belleza de las imágenes que narran lo inexplicable."

Una intensidad que vive en el vacío

En un valle perdido llamado esquina
En un alba de alcohol la encontré
Desde ese día es mi cuidada espina
La que come corazones y toma café.

Sara dice adiós
Sara dice adiós

La loba busca calor en la noche fría
Cuando tiene hambre sale desvelada
La loba blanca hija de su mirada
Muere cerrando los ojos con el día.

Sara dice adiós
Sara dice adiós, por última vez.

Los pobres cuervos vuelan en la mañana
Son el cortejo de mi señora, de mi perra
Y quiero morir, no quiero la vida sana
Tan sólo quiero poseerla siendo tierra.


*********************************************************************************

Desmitificando:

Germánico era un poeta oriundo de las Tierras Saladas que había sido compañero de Maldini en el colegio secundario, en aquel inhóspito lugar de la Argentina. Entre 2004 y 2007, Maldini compuso varias canciones con letras de su amigo. "La loba blanca" había sido la primera de ellas, y había quedado descartada. En 2011, tras unos tres meses de inactividad y abatimiento absolutos, Maldini releyó la letra y sintió que se merecía una música digna. En cambio, compuso ésta que ahora tenemos, salvando de la original de 2004 solamente el estribillo (que ahora utilizó como puente), haciendo hincapié en que la letra fuera entendible y volcando su sensibilidad desmesurada en el punteo de guitarra.

* Grabada a fines de octubre de 2011 en Las Tierras Saladas, con grabaciones adicionales de teclados y voces en marzo de 2013 en el principado de Kosovo.

Música: Octavio Maldini. Letra: Germánico.

La loba blanca

"No pertenezco a nadie.
No se trata de ser especial, sino de ser uno más en la espléndida soledad de la risa. Reírse de sí como fuga de una identidad que nos goza. ¡Creérsela!, pero creer en la potencia, no en la imagen de sí. Creer en la potencia impersonal, no en la máscara incrustada en el vacío. Intensidades aladas atraviesan desiertos sin dejar marcas."

Marcelo Percia, La modorra del monstruo.
Texto completo: http://www.mediafire.com/?me992dqpvcbk9v0

* Compuesta y grabada por Octavio Maldini entre 2 y 3 de agosto de 2012.


Una intensidad alada (instrumental)

Tema título y última canción del disco, marcó para Maldini el nacimiento de algo nuevo en su música, aunque con su acostumbrado fatalismo patológico, por momentos sentía esta canción más bien como una especie de despedida. Por eso originalmente se llamaba “Maldini, último acto” – apenas componerla tenía cerca una revista de historia (Clío), y al buscar un nombre provisorio leyó en la portada el nombre de Mussolini, y recordó el nombre de esa película sobre sus últimos días, vista en Europa Europa en una de sus interminables noches de spleen adolescente. Como sea, escuchaba por primera vez de manera explícita la fisura, en la música que salía de su cuerpo. Por esos días estaba proyectando con Steinhauser hacer una revista, la cual se iba a llamar Kosovo, y tenían un verso de Leonard Cohen como referencia: “there is a crack in everything / that´s how the light gets in”. Compuesta en días febriles de un verano plagado de cocaína y caminatas maratónicas sin rumbo alguno por las calles de la ciudad con Steinhauser.

También entonces se topó con el libro “Clínica del crack-up”, y citando a Percia, creía escuchar en esta pieza, en la melodía dulce y melancólica de las campanitas, la “capacidad de percibir que el esfuerzo es inútil, y a la vez, una posibilidad maravillosa”, o una especie de optimismo desesperado, citando al pintor Francis Bacon. 

Originalmente la canción tenía otra coda, pero un año después de componerla, Maldini pensó que podía hacer algo mejor. 

El nombre alude a una cita de otro escrito de Marcelo Percia: “El respeto, si no queda reducido a un gesto piadoso con los mayores o de cuidado ante la autoridad institucional, podría ser proximidad receptiva con lo que no se entiende. Respeto: hospitalidad con lo no conocido, deferencia con la diferencia, estima por lo extraño. El entusiasmo por las ideas, el deseo de pensar de otro modo, la fogosa inconformidad con lo existente, todo eso no pide acatamiento ni repetición, sino respeto” (La modorra del monstruo – para descargar texto: http://www.mediafire.com/?me992dqpvcbk9v0 )

* Grabada en febrero de 2012 (la canción principal) y en febrero de 2013 (la coda) en el ruinoso principado de Kosovo.

Música compuesta y grabada por Octavio Maldini.

Nuestra fogosa inconformidad

Victoria Hyde fue la fachada en la cual se revelaron Octavio Maldini y M. D., haciendo canciones que no se dejaban capturar por estilo alguno ni reducir a fórmulas. Abandono, inquietud, fatalismo y una fogosa inconformidad con lo existente habitaron y copularon en esta música que aunque personalísima, ellos no osaron llamar suya. El nerviosismo del deseo no admite apropiación, y la intensidad desbordante que transitó por estas canciones hubiera sido letal de no haber sido, precisamente, transitoria (en realidad, sí fue letal...).

VICTORIA HYDE