"MILONGA DE LO QUE TENGO"
(Letra: Esteban Leivas - Música: Daniel Amaro)
CD. "TRANSEÚNTES" - Daniel Amaro.

Uno un día se va, se va una y otra vez, y a veces vuelve aunque puede que nunca vuelva al mismo lugar, pero también pasa que uno siempre está pensando en volver a ese lugar que ya no es pero del que uno se siente y que puede que solo esté dentro de uno mismo. Al fin de cuentas uno es lo que tiene y lo tiene, los afectos, la forma de pensar, la necesidad de compartir con los suyos, de que lo quieran y de querer, de servir y ser solidario, de que no te jodan demasiado, de compartir una mesa, cuatro suillas, varias cervezas...todo eso es lo uno es. Los amores, los hijos, los amigos, un beso del mar, de tu mar, la pelea para que el corazón siga a la izquierda y nunca se pierdan las ganas de vivir por más que la caterva de siempre insista en que desistamos. Y nada como una milonga, el blues de Montevideo como lo llamaron Zitarrosa y Dino, para expresar un sentimiento de definición y pertenencia. O al menos, así nos pareció.
E.L  & D.A


Milonga de lo que tengo

Sí, sucedió en una noche de esas en las que uno se enreda en recuerdos que se confunden y en preguntitas sin respuesta, sin saber las razones o tal vez sabiéndolas pero intentando que haya otras que nos vengan mejor al ánimo. O solo por tanguear sin preocuparse si te va a hacer bien o mal aunque lo presumible es que el resultado no sea demasiado bueno para el corazón. Era invierno mediterráneo y uno andaba tarareando "Vientos del sur", la emblemática canción de Dino, imaginando calles, gentes, abrazos, momentos que fueron, otros que nunca ocurrieron. Vinieron a la cabeza también unos versos escritos y cantados por Juan DesCrescresenzio que me mandar en un cassete desde Suiza más de dos décadas atrás.
Y empezaron a fluir palabritas y equilibrios, el vino era bueno -un tinto Ribera del Duero - y acompañaba bien en la soledad de una casa raramente sin gente. Empezó con la idea de que fuera una milonga pero por el camino se me cruzó la imagen del Flaco Barral con el que había hablado por teléfono esa misma mañana y puede que eso haya inclinado la idea al lado del blues, un blues atangado, chiquito, pequeño, como una caricia al corazón que se emborracha  de preguntas sin respuesta.
Y así, "cuando el pasado te alcanza, el insomnio y la esperanza dicen que tienen algo en común" dio el punto de partida para este apasionado, trasnochado, pequeño blues del sur.
Llamo  a  Daniel: ¿Qué te parece un blues?
Y él me dice al otro lado del teléfono: Bien, muy bien...por qué no...¿de qué va la cosa?
Daniel, con esa capacidad vocal, sensibilidad melódica y talento creador que lo convierte en uno de lo interpretes  de gran calidad y amplitud de registro de la música popular uruguaya y tirando de recuerdo, tal vez, a sus tiempos adolescentes en el rock, compuso un blues nocturno de club cerrado, de ambiente, de reunión de uno con su propia soledad, de sentimiento  tanguero, de bellísima tristeza. Su música, su canto, convirtieron estos versitos en un blues. Un pequeño blues del sur.
E.L.


Milonga de lo que tengo

Daniel Amaro, Transeúntes

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