Este álbum representa un hito en la carrera del artista, un punto de inflexión donde se fusionan pasado y futuro en una experiencia sonora única. Creado exclusivamente con hardware analógico, el disco es un viaje sonoro que utiliza el arte del synth sampling para tejer paisajes sonoros profundamente evocadores. Cada pista es un testimonio de la metamorfosis creativa del artista, que busca transformar y expandir los límites de su propia identidad musical.

El concepto de esta obra está impregnado por la nostalgia y la exploración, una mirada al pasado hacia los días de la PS1, donde los clubes vibraban con la esencia del trance y la electrónica en su forma más cruda y visceral. Es un regreso a esos sonidos orgánicos, a una estética de texturas e intensidad que ya no existe, pero que resuena en los rincones más profundos del alma. Este disco no es solo una referencia a esos días, sino una recontextualización, una reanimación del espíritu de esa época, pero filtrado a través de las posibilidades infinitas que el hardware analógico ofrece.

Es una invitación a perderse en el tiempo, a atravesar una barrera entre lo digital y lo analógico, entre lo retro y lo futurista, a experimentar una transformación tanto en la música como en la propia percepción del oyente. Un álbum que marca un antes y un después, redefiniendo lo que se entiende por sonido y por nostalgia.

No Problems, No Fears

Damaged Clock