Por extraños caminos
el amor anda,
tras la huella del miedo,
por la sombra del alba,
entre fuego y olvido,
voz y mordaza,
compartiendo el latido
de la esperanza.

Encendiendo un suspiro
cualquier mañana,
compañero y amigo
de las horas contadas,
celador impulsivo
que llega y habla
con un breve motivo
y una palabra.

Empujando un latido
que se desmanda,
sofocando un gemido
si se vuelve nostalgia;
qué fugaz recorrido
su noche larga
con el eco prendido
de lo que acaba.

Qué rincón lo ha tenido
mientras descansa,
dónde guardó su nido,
en qué sitio sus casa;
del azar peregrino,
de la escapada
al extraño camino
por donde anda. 

Disfrazado, escondido,
simple comparsa
que creciendo furtivo
en el alma se agarra...
no se sabe el motivo
de su tardanza,
mas se sabe, si llega,
que está y que manda

Por extraños caminos

Me quitaste de repente 
el agua donde bebía, 
el mar donde suavemente 
mi barco se estremecía; 
acostumbrado a tu pelo, 
a navegar tu sonrisa, 
me vi de pronto sin cielo, 
sin el cielo de tu vida... 

ahora dices que soy triste: 
yo soy como tú me hiciste. 

Acostumbrado a tu alma, 
a moverme por tus sueños, 
mi vela quedó apagada 
en mitad de aquel Invierno; 
fui viajero del silencio, 
me vestí con la distancia, 
anochecí con el hielo 
y amanecí sin el alba... 

ahora dices que soy triste: 
yo soy como tú me hiciste. 

Ahora que de nuevo vuelves 
a transitar mi camino, 
el gris ya me pertenece, 
todo se ha vuelto distinto; 
qué daño me hiciste el día 
que abandonaste mi huella, 
que borraste mi sonrisa 
y anocheciste mi pena... 

ahora dices que soy triste... 
yo soy como tú me hiciste,
¡yo soy como tú me hiciste!

Yo soy como tú me hiciste

Quién rompe el silencio 
buscando mi aliento, 
que ya es algo débil, 
que ya es algo incierto; 
si vas tras mi huella, 
no tardes, amiga, 
que estoy al acecho, 
sin una guarida 
y en busca de tiempo. 

Quién trepa la sombra 
y acaso me nombra 
con una voz dulce, 
con una voz sola... 
si vas tras mis pasos, 
levántate y vente, 
que me queda un salto, 
uno solamente 
y aún puedo dártelo.  

Quién para y me mira 
sin una mentira 
bailando en el rostro, 
riendo escondida; 
si tú te has fijado 
que estoy, que respiro, 
no llames, penetra, 
que estoy esperando 
detrás de la puerta. 

Aquí, cerca y lejos, 
escéptico, tierno, 
ganador por fuera, 
perdedor por dentro, 
aquí, medio ciego 
de tedio y costumbre, 
aquí aún te espero... 
no tardes, te ruego, 
no tardes, acude

Detrás de la puerta

Hallarás esa puerta bien cerrada
por aquello del tiempo y de la nada,
y el jardín más espeso, más frondoso,
como bosque cerrado y misterioso.

Llegarás, sin pensarlo, ante la entrada
y tu paso se hará más sigiloso,
te impondrá el sombrío y silencioso
envoltorio que sirve de portada.

 Pensarás en cruzar esos umbrales
o volver a los tuyos, naturales,
dudarás entre el hielo y la llama...

 entrarás finalmente hasta mi cama
salpicando de luces y de ayudas
esas sombras antiguas de mis dudas

El jardín sombrío y silencioso

Anoche volví a soñar contigo
en una montaña de cristal,
mi enamorada princesa
reflejo del arco iris,
dorada como las diosas
antiguas de Yucatán.

Fuiste tú mi música
y tus ojos mágicos
me sonreían,
luz de mediodía brillaba en tu piel,

yo buscaba el Sol,
yo tocaba el Sol
y en él mi amor se fundía

Anoche me desperté llorando
y en mi llanto quise navegar,
mi barca hecha de nostalgia
luchaba contra los años,
tú sabes cómo te extraño...
no sé si vas a esperar.

Fuiste tú mi música
y tus ojos mágicos
me sonreían,
luz de mediodía brillaba en tu piel,

yo buscaba el Sol,
yo tocaba el Sol
y en él mi amor se fundía.

Fuiste tú mi música
y tus ojos mágicos
me sonreían,
luz de mediodía brillaba en tu piel,

yo buscaba el Sol,
yo tocaba el Sol
y en él mi amor se fundía.

Anoche me desperté llorando
y en mi llanto quise navegar,
mi barca hecha de nostalgia
luchaba contra los años,
tú sabes cómo te extraño,
no sé si vas a esperar.

Fuiste tú mi música
y tus ojos mágicos
me sonreían,
luz de mediodía brillaba en tu piel,

yo buscaba el Sol,
yo tocaba el Sol
y en él yo me fundía.

Fuiste tú mi música
y tus ojos mágicos
me sonreían,
luz de mediodía brillaba en tu piel,

yo buscaba el Sol,
yo tocaba el Sol
y en él mi amor se fundía

Fuiste mi música

Adiós adiós, se agitan los pañuelos 
palomas blancas de melancolías, 
se borran ya las páginas tardías 
del libro de esperanzas y de anhelos. 

Adiós adiós a las algarabías, 
a las noches en blanco, a los desvelos, 
al eterno silencio de los cielos, 
a todas las respuestas tan vacías. 

Adiós porque no tuvo lo que quiso, 
adiós porque no existe lo que siente, 
adiós a su imposible paraíso, 

adiós al laberinto de su mente, 
adiós urgente, total y de improviso, 
adiós adiós, definitivamente

Tango del adiós

"Notre Dame" takes listeners on a journey through lush soundscapes and emotive harmonies, reflecting Mario Dianiska's deep understanding of the melodic elements that define his music. The track stands out with its seamless fusion of house and techno influences, delivering a powerful and evocative listening experience that resonates with both genres' enthusiasts.

Mario Dianiska - Notre Dame [Electric Eden Records]

Blank Sense - Monoco
Fallon - Timeless Remix
Walker & Royce - Jetsetter
N2N - Losing My Shit
Gene Ferris - Mesmerized (Max Styler Remix)
Club 909 - Dance With Me
AGORIA - Call Of The Wild (Glowal Wild Remix)
Omnom - By Myself (ROB MÂRK Remix)
Max Styler - Let Em Know
Third Culture - She's Evil 
STS (Sidepiece treat)
Gorgon City, Max Styler - Touch
Justice - Neverender (Westend Remix)
Max Styler - Time to Go

Jay.dio (#001)

Te nombro en los versos que el invierno escribe,
Rosa de los sueños marchitos, sin vida,
lluvia de las almas que tu risa prohíbe,
huracán que arrasa, pasión escondida.

Fuiste jardín de duda consentida,
boca de miel que destiló veneno,
ángel de sombras que en mi pecho anida,
espejismo de amor que no fue eterno.

Cada espina tuya fue frágil leyenda
de las cicatrices que el tiempo amordaza,
daga de la ausencia que en la noche tiembla,
canción inconclusa que el eco no abraza.

Hoy entre cenizas de sueños que ardían
reconstruyo el alma que tu fuego mata.
Rosa del invierno, mito que desata
la pasión secreta de melancolía.

Te nombro en los versos que el invierno escribe,
Rosa de los sueños marchitos, sin vida,
lluvia de las almas que tu risa prohíbe,
huracán que arrasa, pasión escondida.

Cada espina tuya fue frágil leyenda
de las cicatrices que el tiempo amordaza,
daga de la ausencia que en la noche tiembla,
canción inconclusa que el eco no abraza.

Hoy entre cenizas de sueños que ardían
reconstruyo el alma que tu fuego mata.
Rosa del invierno, mito que desata
la pasión secreta de melancolía

Letra y  música: J. De Lucas
Voz: F. Beltrán

Rosa de Invierno

En un puerto, la sirena
suena a muerto, pero suena,
llega un barco que hoy estrena
hombre muerto, gloria y pena...

y una nena en el puerto
mira al barco, mira al muerto
y se llena con el marco
de ese barco en ese puerto...

mira al barco, mira al muerto
mientras suena la sirena,
y se llena con el marco
de ese barco en ese puerto.

Y la nena grita “¡aitá!”
pero aitá no volverá,
“hola nena” ya no oirá,
“hola nena, soy aitá...”

Y en el puerto, la sirena
suena a muerto, pero suena,
llega un barco que hoy estrena
hombre muerto, gloria y pena...

mira al barco, mira al muerto
mientras suena la sirena,
y se llena con el marco
de ese barco en ese puerto.

Y en el puerto, la sirena
suena a muerto, pero suena,
llega un barco que hoy estrena
hombre muerto, gloria y pena...

y la nena en el puerto
mira al barco, mira al muerto
y se llena con el marco
de ese barco en ese puerto...

Y en el puerto, la sirena
suena a muerto, pero suena,
llega un barco que hoy estrena
hombre muerto, gloria y pena...
hombre muerto, gloria y pena...
hombre muerto, gloria y pena...

Aitá

LAS CANCIONES DE JAVIER

Algunas canciones que escribí y compuse a principios de los setenta, y que canté yo mismo o con amigos de entonces. Grabé algunas en una vieja grabadora portátil de cassette y en los lugares más insospechados. En el fondo de un cajón han aparecido algunas cintas, deterioradas por el maldito tiempo que tiene la costumbre de arrasarlo todo. La calidad es pésima, tanto la voz como la guitarra, pero al volver a escucharlas despiertan en mí sentimientos inolvidables. Ese es su único mérito.

Algunas de estas canciones, tal vez las más agradecidas, están limpiadas de ruido, remasterizadas y arregladas, aunque conservan la voz original. De esta forma son más agradables de escuchar, pero a costa de perder el encanto asilvestrado de los viejos tiempos

El jardín sombrío y silencioso

Javier De Lucas