/// LETRA ///
“Todo hombre tiene un precio…
y yo soy el banquero del río.”

En la penumbra del puerto brilló,
un caballero de sonrisa de pez.
Ofrece fortuna, dulzura y calor,
pero el contrato se firma por sed.

Con su labia te invita a brindar,
“degusta conmigo la desesperación”.
Promete banquetes de gloria y azar,
mientras afila tu condena en acción.

Un sombrero elegante, bastón de marfil,
se esconde en las aguas con porte sutil.
Mas tras el encanto, su boca se abre,
devora tu alma aunque sangre.

Baila en mi boca, oh cena final,
soy el rey del río, festín a tragar.
El sabor de tu miseria es mi pasión,
y sonrío porque mi banquete, tu prisión.

Baila en mi boca, oh víctima fiel,
“¿de qué sirve un alma si no se saborea bien?”
Con cada contrato tu deuda se alzó,
y en aguas profundas tu grito ahogó.
El festín no comienza con sangre y dolor.

El festín no comienza con sangre y dolor,
empieza con risas, promesas y amor.
Mas pronto descubres que no hay salvación,
cuando la lengua enrosca al corazón.

“Todo hombre tiene un precio”, dirá,
y el tuyo fue un sueño que nunca vendrá.
Te engulle despacio, sin prisa, es cruel,
un glotón del pantano su rey.

Caen las monedas al fondo del río,
tu suerte se hunde, un trato cumplido.
Los ojos brillando, un verdor abisal,
la eternidad sabe a tu final.

Baila en mi boca, oh cena final,
soy el rey del río, festín a tragar.
El sabor de tu miseria es mi pasión,
y sonrío porque mi banquete, tu prisión.

Baila en mi boca, oh víctima fiel,
“¿de qué sirve un alma si no se saborea bien?”
Con cada contrato tu deuda se alzó,
y en aguas profundas tu grito ahogó.
De Valora hasta Shurima oyen su voz.

De Valora hasta Shurima oyen su voz,
un demonio elegante en un río feroz.
Los mortales caídos, un banquete ancestral,
en su vientre retumban, fin infernal.

No importa la defensa, la fe o el poder,
el río obedece a su hambre que nunca acabó.
Tahm Kench, demonio, banquero, quizá juez,
rey de promesas que nadie venció.

Y en cada taberna alguien jurará,
“cuidado con quien te quiera ayudar…
pues si en el agua sus ojos ves brillar,
tu vida y tu alma se irán a pagar.”

Baila en mi boca, oh cena final,
soy el rey del río, festín a tragar.
El sabor de tu miseria es mi pasión,
y sonrío porque mi banquete, tu prisión.

Baila en mi boca, oh víctima fiel,
“¿de qué sirve un alma si no se saborea bien?”
Con cada contrato tu deuda se alzó,
y en aguas profundas tu grito ahogó.

“El sabor de tu desesperación…
es un manjar que nunca me cansa.”

Acércate Pequeño - Tahm Kench [Bonus Track]

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KnightKakashi