/// LETRA ///
Xeno nació entre cifras, no entre plegarias,
su fe: el grafeno y las ecuaciones diarias.
El fin no es paz, es civilización,
y si arde el mundo... será por precisión.

Alzaron Nueva América sobre ruinas dormidas,
no para iguales — para mentes elegidas.
¿Democracia? Una variable difusa,
Xeno dicta el ritmo, y Stanley lo ejecuta.

A Senku lo vieron: una luz sin estructura,
un rival brillante, pero víctima de altura.
Él soñaba lunas, Xeno las construía,
con mano de hierro y mente fría.

Uno piensa, y otro marca el lugar del impacto,
dos hemisferios girando en compacto.
Ni héroes ni monstruos — solo precisión,
el mundo se ordena si late un cañón.

Donde otros titubean, nosotros disparamos,
cohetes y genes en manos de humanos.
La ciencia no salva, pero reorganiza,
y el fin se aproxima con una sonrisa.

Fue piloto, fue guerrero, fue plomo en el viento,
donde apuntan sus ojos no hay argumento.
Disparos certeros, silencio, un ideal,
su lealtad es una bala — si Xeno lo dicta, nada está mal.

“No fallarás”, dijo él, y asintió sin hablar,
pues su idioma es el rango, el blanco y matar.
No por gloria ni causa divina,
sino porque un “puedo” le basta como doctrina.

Si cruza el cielo, no busca sentido,
solo cumplir con lo que ha sido dicho.
No es un soldado de banderas o pena,
es la sombra de Xeno, su condena serena.

Uno piensa, y otro marca el lugar del impacto,
dos hemisferios girando en compacto.
Ni héroes ni monstruos — solo precisión,
el mundo se ordena si late un cañón.

Donde otros titubean, nosotros disparamos,
cohetes y genes en manos de humanos.
La ciencia no salva, pero reorganiza,
y el fin se aproxima con una sonrisa.

[Stanley]: "Ese dinero lo gané en una apuesta con mi disparo al balón."
[Xeno]: "Lo usé para crear tabaco limpio y un lápiz labial púrpura."
[Stanley]: "No pedí labial, solo quería fumar."
[Xeno]: "Lo hice para que tus labios no se agrieten con el humo."

Eran niños entre planos y juegos,
él con sus rifles, y él con sus legos.
Dos piezas distintas del mismo motor,
mientras otros sentían, ellos buscaban control.

Les llamarán tiranos, traidores, villanos,
por disparar al globo y borrar con sus manos.
Pero no lo entienden: el fin era limpio,
reducir la entropía, no jugar al instinto.

Si falló, fue por orgullo,
si él mató, fue porque leyó el murmullo.
No hay culpa entre cuerpos que ya no razonan,
solo dos mentes que el mundo controlan.

Uno piensa, y otro marca el lugar del impacto,
dos hemisferios girando en compacto.
Ni héroes ni monstruos — solo precisión,
el mundo se ordena si late un cañón.

Donde otros titubean, nosotros disparamos,
cohetes y genes en manos de humanos.
La ciencia no salva, pero reorganiza,
y el fin se aproxima con una sonrisa.

Mente en la Mira - Xeno & Stanley

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Mente en la Mira - Xeno & Stanley

KnightKakashi