Voy recorriendo las palmas de mis manos 
donde las líneas dibujan la historia que nos nombró; 
nos pusimos las gafas y todo cambió, 
y desde entonces luchamos por nuestra emancipación. 
Articulamos diferentes discursos 
en función de la opresión, 
pero todos se originan en la cuna 
que nos determinó. 
Exigimos lo que es nuestro 
en un mundo que no nos reconoció; 
esferas pública y privada, 
en todas palpamos la subordinación. 
Comprendimos que la sexualidad y la raza 
conforman aún más la opresión; 
la clase también mediaba, 
la lucha se radicalizó. 
Si soy negra o blanca, 
rica o pobre, 
homo o hetero, 
soltera o casada, 
educada o sin género. 
Mi actividad sexual 
existe para mí, 
no para tu placer, 
a ver si te enteras de una vez. 
Estoy harta y más que harta 
de ser excluida 
estoy harta de vivir 
a la sombra de tu vida; 
estoy harta 
de ser excluida 
sobre las decisiones de mi salud 
sexual y reproductiva. 
No necesito un hombre 
no necesito ser salvada 
no estoy en apuros 
estoy liberada. 
Nuestros cuerpos 
son campos de batalla 
donde se dibujan las guerras 
de quien nos quiere presas. 
Y tomando conciencia 
de la impuesta situación 
en nuestras camas 
también hacemos la revolución.

La Historia Que Nos Nombró

Soy de Almería. Siempre me gustó cantar aunque no me animé a hacerlo encima de un escenario hasta 2012. Creo que las mujeres y otras identidades disidentes deben animarse a ocupar los escenarios y hacer proyectos que hablen de las realidades que nos atraviesan y que rompan con el imaginario patriarcal y heteronormativo

La Historia Que Nos Nombró

Lúa Cantautora