Como Monitora de Yoga Dinámico Infantil he aprendido que:

EL AMOR: Los niños son muy sensibles, por lo que pueden detectar fácilmente si quien está delante de ellos trabaja por vocación o simplemente por un deber.

LA RECEPTIVIDAD: Estar dispuestos a escuchar sus inquietudes y propuestas. Además de estar atentos y alerta a sus estados diarios.

LA OBSERVACIÓN CONSTANTE: Esto me dice que, como la vida, cada clase ha de ser diferente y dinámica. Debemos estar abiertos al cambio constante.

LA COMUNICACIÓN NO VERBAL: Valorar esta expresión sobre el lenguaje hablado, tanto en nosotros como en ellos. Prestar atención a no solamente la palabra hablada, sino al lenguaje del cuerpo.

LA EMPATÍA: Con los niños, con las niñas, las familias, los docentes, con el mundo.

LA DISCIPLINA Y LA TERNURA: El límite perfecto, ambos ingredientes son necesarios. Debemos brindarles espacios donde sepan que hay normas básicas y sencillas de cumplir (respeto, tolerancia, escucha, etc.). Además de una experiencia donde sientan el amor que hay hacia ellos y que todo lo que se está haciendo es para ellos.

LOS VALORES: Es vital que en los momentos que interactuamos en clase podamos instaurar valores y que estos sean respetados por todos.

Que nuestros niños sepan que hay valores básicos que no podemos quebrantar pues son parte de nuestra sesión de yoga y parte de la vida misma.

Estos valores pueden ser: Respeto/ Honestidad/ Igualdad/ Valentía/ Sinceridad/ Tolerancia/ Compañerismo

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